El Penedès quiere salvar su riqueza paisajística
Tres grandes proyectos siembran la preocupación en la comarca por su posible incidencia en el paisaje del vino
El Penedès vitivinícola ha puesto encima de la mesa la preocupación por la amenaza de que puede suponer sobre su ancestral paisaje de viñas el fin de la crisis económica. Y es que en el Penedès todavía se recuerda con gran pesar la proliferación de polígonos industriales por todas partes antes de la recesión.
Hoy por hoy preocupan grandes proyectos como el del centro logístico Logis Penedès situado entre l'Arboç y Banyeres del Penedès; el trazado del Quart Cinturó (la autovía B-40) atravesando Espiells de Sant Sadurní d’Anoia y Sant Llorenç d’Hortons o el Agroparc de 121 hectáreas que proyecta el Grup Ametller Origen en terrenos no urbanizables entre Gelida y Sant Llorenç d’Hortons. También se expone la necesidad de pagar unos precios dignos por la uva para contribuir a mantener el paisaje vitícola. Además, el representante de Unió de Pagesos, Joan Santó, pide que la administración se involucre para garantizar en el sector primario las mismas oportunidades para ser competitivos que el resto de sectores. Ya hace años que vitivinicultores como Ton Mata, el director general de las cavas Recaredo de Sant Sadurní, dicen que en el Penedès se tiene que dejar de hacer urbanismo para pasar a hacer “ruralismo”.
Los expertos están divididos: unos reclaman acciones para aprovechar el potencial económico del paisaje, y otros temen los peligros del monocultivo vitivinícola. Miquel Vidal, director del Congrés Internacional d’Art, Paisatge Vitivinícola i Enoturisme, destaca la necesidad de aprender de los errores del pasado y valorar la importancia del paisaje en el negocio del vino. La consellera de Agricultura de la Generalitat, Meritxell Serret, remarca que el paisaje es un activo que se puede convertir en oportunidades económicas. El alcalde de Vilafranca del Penedès, Pere Regull, arguye que “el paisaje es importante porque nos da carácter y personalidad”.Una opinión en la que incide el vitivinicultor Gerard Jané, miembro del Centro de Estudios del Paisaje Vitivinícola, cuando dice que “el progreso económico no es progreso de verdad si no se la preservación del paisaje”. Para el presidente de la DO Cava, Pere Bonet Ferrer, “hace falta proteger la biodiversidad y legar estos paisajes milenarios a las generaciones futuras”, mientras que el sociólogo y escritor Lluís Tolosa cree que el Penedès tiene que empezar a actuar.