Creatividad contra la desidia
Portadores a estas alturas de la competición de una tan ambiciosa como loable apuesta sónica, los Broken Social Scene además muestran en su primer álbum en siete años un espíritu colectivo muy oportuno. Para la elaboración de este atractivo Hug of
thunder, el colectivo canadiense, que desde 1999 ha ido marcando un camino intransferible entre la modestia y la excelencia, convocó a su alineación actual junto a antiguos miembros como Emily Haines. El esfuerzo es altamente satisfactorio e identificable, es decir, cada canción rezuma amplitud y fortaleza emotiva, mientras que sonoramente se beneficia de una rítmica que nunca cae en lo pomposo gracias a detalles jazzísticos, por ejemplo.
Este habilidad para mantener las señas de identidad y no caer en la grandilocuencia son metas no tan fáciles de alcanzar en este caso, donde confluyen quince músicos, infinidad de instrumentos, voces y efectos sonoros que podrían haber desembocado en el resultado opuesto. Ello no quita que como es tradición desde su primera muesca discográfica en 2001, Feel good lust, la arquitectura sonora tenga una cara preeminencia sobre el apartado lírico, y aquí nuevamente manda la presencia de largos desarrollos introductorios instrumentales o complejas piruetas melódicas en medio de las composiciones, buena parte de ellas escritas por Kevin Drew. Al final, una manera de hacer y vivir la materia primera musical que les emparenta de modo difuso con sus paisanos Arcade Fire o The New Pornographers.