El sabor de la victoria
El Girona sigue firme y obtiene el primer triunfo en Primera División de su historia
El Girona ya sabe qué es ganar a Primera después de superar ayer, por la mínima (1-0) pero haciendo un buen partido, al Málaga de Míchel, que, por el contrario, volvió a dar argumentos a sus aficionados para la preocupación. Haciendo buena la dicha que dice que cuando las cosas van bien más vale no tocarlas, Pablo Machín apostó por el mismo once que tan buenas sensaciones ofreció en el debut en el campeonato y supo transmitir a sus jugadores la necesidad de salir con la misma hambre contra los andaluces que como lo hicieron el sábado pasado delante del Atlético de Madrid. Y el resultado fue muy similar ya que empezaron con el partido controlado, sin sufrir casi ningún agobio en defensa y, en parte, por el buen trabajo del equipo en la sala de máquinas, con un Àlex Granell muy inspirado. De hecho, de sus botas volvió a salir la jugada del gol, como ya había pasado en las otras dos dianas que el equipo había hecho en la primera jornada. El capitán del Girona centró con la pierna izquierda buscando a Portu y, aunque el chut del pequeño delantero murciano lo detuvo Roberto en primera instancia, Alcalá remató a portería vacía viniendo desde de atrás. Sin duda, el central con más olfato goleador del equipo después de que ya se destapara en esta faceta marcando varios goles decisivos en el tramo final de la temporada pasada.
El gol dio todavía más alas al equipo gerundense que estuvo a punto de aprovechar nuevamente este momento a favor para marcar el segundo, primero con un chut raso de Granell y después con una buena oportunidad de Portu que no pudo acabar una gran jugada personal. Pero fue a partir de entonces, coincidiendo con los últimos minutos del primer tiempo cuando los catalanes lo pasaron peor cometiendo, curiosamente, los mismos errores que contra los colchoneros: recular, ceder metros al rival y perder el control del partido.
Afortunadamente para ellos, las cosas volvieron a cambiar en la reanudación, después de coger aire al descanso y repasar en el vestuario las muchas anotaciones que Machín había hecho durante el primer tiempo. Y eso se tradujo en más ocasiones, sobre todo la que tuvo Sutani, justo empezar la segunda mitad, rematando una pelota que salió demasiado cruzada. Tanto le gustaba lo que veía sobre el césped al técnico soriano que nuevamente ayer se resistió a dar entrada a hombres frescos desde el banquillo –la primera sustitución no llegó hasta los últimos 20 minutos cuando dio entrada al brasileño Douglas Louiz por un Portu visiblemente fatigado. En los últimos minutos Machín repitió dando minutos a Kayode para poner más presión sobre la defensa rival, todo pidiendo concentración a sus jugadores para no cometer los mismos errores que el último día y espoleando a su público al más puro estilo Simeone. Incluso los más optimistas habrían firmado un inicio como este, llegar al primer parón invictos con 4 puntos.
Machín repitió once y esta vez el equipo rojiblanco minimizó los errores típicos de equipo novato