Los temas del día
La afectación de los atentados a la industria turística, y la tensión que reaparece en el inicio de curso político.
SE abre hoy un nuevo curso político en España repleto de incertidumbres. La manifestación del sábado en Barcelona de rechazo del terrorismo y de apoyo a todos los que intervinieron para paliar los efectos de la matanza reveló el espejismo de la pregonada unidad formal contra el terrorismo, así como el grado de tensión política con que se inicia la actividad política este otoño de 2017.
Como era de esperar, la cuestión del referéndum catalán no se ha enfriado con los atentados entre los dirigentes independentistas. Para el presidente Puigdemont, cambiar la agenda sería dar una victoria a los terroristas, como señaló en un artículo publicado ayer en La Vanguardia. De hecho, el día anterior, en el Financial Times, anunció que “ya tenemos 6.000 urnas preparadas (…) No veo como el Estado puede detenerlo”. En los próximos días se desvelará también el contenido de la llamada ley de transitoriedad o de ruptura, con la que el independentismo pretende desvincularse de la legalidad española, lo que contribuirá a aumentar la tensión política. Por su parte, el Gobierno de Mariano Rajoy sigue insistiendo en que el referéndum anunciado no se podrá celebrar. El choque de trenes parece, más que nunca, inevitable.
Pero no sólo de Catalunya vive la política española. La otra gran preocupación de Rajoy son los casos de corrupción. Pasado mañana, el presidente deberá comparecer ante el Congreso para dar cuenta de las relaciones de Gürtel con el PP. Su declaración como testigo ante el tribunal que juzga el caso, a finales de julio, llevó a PSOE, Podemos, ERC y PDECat a pedir la comparecencia del presidente ante el pleno, solicitud de la que, significativamente, se abstuvo el PNV.
El PP permanece en una tendencia de moderado declive, mientras el PSOE de Pedro Sánchez recupera posiciones después de haberse enfrentado y ganado a quienes hace diez meses le despidieron de malas maneras. Sin embargo, Sánchez y Pablo Iglesias también mantienen una dura lucha por el espacio de izquierdas, una batalla agria a pesar de que se presente revestida de ofertas mutuas de colaboración. O el PP da la vuelta a la tendencia o puede llegar a verse superado, y eso a pesar de los buenos datos macroeconómicos, con un crecimiento del PIB del 3,1%.
En conclusión, se abre el curso político más tenso e imprevisible de los últimos años, en el que sería necesario que los actores políticos recordaran que no sólo deben atender a sus pugnas electorales sino también a cuestiones como el modelo de Estado o una redistribución más justa de la recuperación económica.