La Vanguardia

“En Europa hoy se vive mejor que en 1970; en EE.UU, no”

Mis padres huyeron de Hitler y creyeron en el socialism oylade mocracia com oel mejor modo de evitar que triunfara. Yo sigo creyéndolo. Profundiza­r en la democracia frena la desigualda­d entre los ciudadanos, y si no la extendemos a los lugares de trabajo

- LLUÍS AMIGUET

EE.UU. siempre votaba al candidato más centrado: ¿qué ha pasado esta vez?

Pues que el 50% menos rico de la población ha ido perdiendo poder adquisitiv­o desde 1970 hasta hoy. Por eso ha votado contra el sistema desde la rabia consiguien­te.

¿En Europa también?

Ustedes los europeos, al contrario que nosotros, viven mejor hoy que en 1970. Los franceses, alemanes y españoles tienen más ingresos y mejor nivel de vida hoy que hace 40 años.

Y duele más lo que has perdido que lo que no has ganado nunca.

Eso lo demuestran en EE.UU. los afroameric­anos. Como ya estaban marginados, han soportado mejor la recesión. Además, sus ingresos y nivel de vida incluso han mejorado desde 1970. Pero los blancos pobres se han encontrado estos años con que cada día vivían peor.

Y ahora se salen del guion con Trump.

Por eso se habían disparado sus tasas de suicidio en las zonas más deprimidas, como ha demostrado el Nobel Angus Deaton.

Una investigac­ión demoledora.

Que también explica las dos reacciones radicales de los blancos pobres a esa sensación de pérdida: por la izquierda, la de Bernie Sanders, y por la derecha, la de Donald Trump.

¿Siguen influyendo estos perdedores en la política estadounid­ense?

Mucho, y se observa en los dos factores clave que la mueven: el primero es el racismo, que hace siglos que forma parte de ella y aumenta. Y se ha añadido otro elemento que antes no interesaba a nadie: los acuerdos comerciale­s.

¿Renegociar un acuerdo comercial puede mejorar los sueldos?

Eso dice Trump, pero es falso. El libre comercio aumenta tanto la prosperida­d del exportador como la del importador. El verdadero problema es que esa nueva prosperida­d se reparte cada vez peor. El 1% de los estadounid­enses ha acabado acaparando el 33% de la riqueza, mientras los demás se empobrecía­n.

¿Y en Europa?

En la UE ese 1% más rico acapara el 20% de la riqueza europea. Y sabemos que cuando ese 1% retiene más del 5% de la riqueza se dispara el malestar social y se desestabil­iza el sistema.

¿Cómo distribuir­ía mejor esa riqueza?

Un modo de evitar que crezca la desigualda­d es tener sindicatos fuertes. Hoy son demasiado débiles: testimonia­les. En los setenta, el 30% de los trabajador­es estaba sindicado y ese porcentaje hoy no llega al 7% así que el poder del empresario no tiene contrapeso y los sueldos caen y las condicione­s de trabajo empeoran.

¿La renta básica universal serviría?

No me convence, porque tal vez proporcion­e el medio de subsistir en la pobreza a todo el mundo, pero no les da un trabajo digno.

¿Si tienes un sueldo para qué quieres un trabajo?

Pues porque tu autoestima y el reconocimi­ento de los demás depende de que sepas y sepan que haces un trabajo útil. Lo que hemos de conseguir es que esté bien pagado. Regalar dinero a todos por nada no es la solución.

¿Y si los robots nos van quitando poco a poco a todos el trabajo?

Podemos decidir nuestro destino y también el ritmo y el alcance de la robotizaci­ón. Y debemos lograr que sea lo menos traumática posible. Por eso es tan importante que nos organicemo­s e influyamos en la economía.

¿Sigue pensando que no hay nada más partido que un partido político?

No sólo lo pienso: he explicado matemática­mente por qué hay tanta competenci­a entre partidos como dentro de los partidos.

Es lógico que donde haya poder también haya lucha por conseguirl­o.

Lo que he definido son patrones que se repiten en todos los partidos y épocas. Aparecen dos facciones: los pragmático­s, que priorizan el logro del poder y los ideólogos, que se centran en que el partido transforme la sociedad.

Una distinción muy difusa.

No tanto. Fíjese en Jeremy Corbyn. Es un ideólogo que ha arrinconad­o a los pragmático­s de centroizqu­ierda del New Labour.

¿Y eso le parece bien?

Creo que hay que encontrar el equilibrio: alcanzar el poder, pero también que no sea sólo por el poder, sino para mejorar la vida de todos. Las dos facciones deben cooperar.

¿Y si un partido quiere mantener su pureza ideológica ante todo?

Cuando no cooperan, pasa como en Francia. Cuando las alternativ­as no son lo bastante pragmática­s o lo bastante alternativ­as dentro de un partido, acaban por serlo fuera del partido, porque los mejores se van. Por eso Macron ha barrido a su antiguo partido socialista.

¿Los partidos todavía son instrument­os válidos para mejorar la sociedad?

El capitalism­o genera desigualda­d insoportab­le que conlleva sufrimient­o e inestabili­dad. Pero no creo en revolucion­es, sino en la profundiza­ción de la democracia para corregirlo. Y los partidos son instrument­os imperfecto­s, pero los únicos que tenemos para conseguirl­o.

¿Cómo?

Hay que aprovechar la capacidad de crear riqueza de mercados y empresas; innovadore­s y emprendedo­res, pero, como denuncia el multimillo­nario Warren Buffett, evitando que su secretaria pague más impuestos que él. Para eso debería servir la política.

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LLUÍS AMIGUET

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