Las históricas inundaciones de Texas ponen a prueba a Trump
Las inundaciones castigan Houston, donde se ha evacuado a 5.000 personas
Se cumplen los pronósticos. Texas está sufriendo unas “inundaciones sin precedentes” por efecto del huracán Harvey que lleva dos días convertido en tormenta tropical sin que por ello sus efectos hayan dejado de ser destructivos. Y aunque se aleja del centro del estado sureño, esos mismos técnicos que alertaron sobre lo que estaba por llegar, avisaron ayer que Harvey podría fortalecerse a partir de mañana y causar peores inundaciones que las habidas hasta ahora. Houston, en la costa sureste de Texas, era ayer una ciudad muy castigada por la subida de las aguas, lo que puso al límite la capacidad de sus equipos de emergencia. La posible reaparición de un
Harvey fortalecido a mitad de esta semana, además de castigar zonas ya muy afectadas por el efecto de las fuertes precipitaciones y las crecidas de agua, podría poner incluso en cuarentena el viaje a Texas del presidente Donald Trump y su esposa Melania. El vicepresidente, Mike Pence, declaró durante una entrevista concedida a una emisora de Houston, que previsiblemente Trump llegará mañana a tierras texanas.
Las especulaciones sobre esta visita han llegado tan lejos que incluso algunos colaboradores del anterior inquilino de la Casa Blanca, Barack Obama, señalaron en las últimas horas que si Trump acude a la zona con excesiva prontitud podría comprometer demasiados efectivos de emergencias para su protección, tan necesarios cuando las afectaciones son todavía tan graves y todo ello sin tener en cuenta que las previsiones del Servicio Nacional de Meteorología estadounidenses apuntan a que podría haber un repunte en la capacidad dañina de Harvey, que ya se ha cobrado ocho vidas.
En Houston conocen bien las consecuencias del paso de Harvey, ya convertido en tormenta tropical pero que no sólo no ha dejado de provocar abundantes precipitaciones sino que mantiene rachas de viento de unos 65 kilómetros por hora. Fuentes de la jefatura de policía de esta ciudad, la más poblada de Texas y la cuarta de Estados Unidos, señalaron que desde el domingo y hasta ayer se había rescatado a más de 2.000 personas alcanzadas por las inundaciones, 186 de ellos de carácter crítico, y que se habían recibido más de 6.000 requerimientos de emergencia de diferente índole. Muchas de estas llamadas hacían referencia a personas atrapadas en sus casas o en sus vehículos particulares. Las autoridades insisten en que no se hagan desplazamientos en coche y mucho menos en dirección a zonas afectadas por las inundaciones, pues no se hace otra cosa que complicar una situación de por sí ya muy delicada.
Son más de 5.000 las personas evacuadas, algunas de forma forzosa y otras voluntariamente, aunque no existe una orden de evacuación generalizada que, según las autoridades de la ciudad, habría provocado un caos todavía mayor. “Tener a millones de personas en la carretera hubiera sido peor”, dijo el alcalde Houston, Sylvester Turner.
Los aeropuertos internacionales de Busch y Hobby han suspendido todas las operaciones hasta nueva orden, mientras se suceden las imágenes de personas que buscan tierra seca a bordo de pequeñas barcas inflables de playa o canoas.
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