La Vanguardia

El estrés causa infartos en personas con corazón sano

Los afectados por este tipo de ataques cardiacos son más jóvenes y la mitad mujeres

- MAYTE RIUS Barcelona

El estrés emocional y las enfermedad­es psiquiátri­cas –depresión, ansiedad, etcétera– aumentan el riesgo de sufrir un infarto de miocardio con arterias coronarias normales y, además, empeoran su pronóstico, según un estudio del hospital Universita­rio de Getafe que se presentó ayer en el congreso europeo de cardiologí­a que se está celebrando en Barcelona. Según explicó en rueda de prensa el responsabl­e del estudio, Joaquín Alonso, aunque la mayoría de ataques al corazón se producen por la obstrucció­n de las arterias del corazón a causa de un coágulo que se produce sobre un estrechami­ento de las vías coronarias, hay otro tipo de infartos –que suponen entre el 5% y el 13% del total– que lo sufren personas sin lesiones obstructiv­as, y es entre estos pacientes en los que se ha detectado la influencia de la esfera psicológic­a.

El equipo del doctor Alonso ha comparado los aspectos sociales –estado civil, desempleo, trabajo nocturno o por turnos, consumo de drogas, práctica de deportes .... – y emocionale­s –trastornos psiquiátri­cos, dolor de cabeza crónico, estrés emocional...– de todas las personas ingresadas con diagnóstic­o de infarto en el hospital de Getafe durante dos años. Y sus conclusion­es son que, en el caso de los infartados sin problemas coronarios, el 29% tenía historia psiquiátri­ca previa y el 80% reconocía una situación de estrés emocional antes del ataque, mientras que entre los infartados con lesiones obstructiv­as estos porcentaje­s era el 11% y el 30%. El estudio también detectó que los primeros acostumbra­n a tener más dolor de cabeza crónico (11% frente al

Los infartos de miocardio con arterias sin lesiones obstructiv­as son un 5%-13% del total

3,5%), que la edad a la que se producen este tipo de ataques no obstructiv­os es más baja (61 años de media frente a 66) y que son más habituales entre mujeres (50% frente al 20% con infartos normales). En cambio, los investigad­ores han visto que los condiciona­ntes sociales –el estado civil, el desempleo, el empleo precario, la práctica deportiva...– no son relevantes, no arrojan diferencia­s entre unos y otros infartados.

El doctor Alonso explicó que de momento es difícil saber por qué determinad­as alteracion­es psicológic­as pueden hacer a una persona más proclive a sufrir un infarto aún sin tener problemas en las arterias, pero apuntó que una de las teorías podría ser el aumento de los niveles de adrenalina que provoca el estrés emocional, lo que a su vez aumenta el consumo de oxígeno, una disfunción del endotelio (capa interna de las arterias) y favorece la formación de coágulos. “Lo que sí confirmamo­s es la máxima de mens sana in

corpore sano, la influencia de la esfera psicológic­a en otros órganos del cuerpo y su correcto funcionami­ento, y la necesidad de realizar más estudios en este ámbito y de incidir en la prevención mediante la búsqueda de una vida emocional más saludable”, enfatizó.

En este sentido, el equipo de Alonso ha ampliado ahora su trabajo para analizar y cuantifica­r qué tipo de alteracion­es emocionale­s o enfermedad­es psiquiátri­cas, y con qué intensidad, presenta cada paciente.

 ?? ANA JIMÉNEZ ?? Más de 30.000 especialis­tas, de 140 países, participan en el congreso europeo de cardiologí­a que se está celebrando en Barcelona
ANA JIMÉNEZ Más de 30.000 especialis­tas, de 140 países, participan en el congreso europeo de cardiologí­a que se está celebrando en Barcelona

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain