La Vanguardia

Asesinatos en serie

Las autoridade­s creen que la cifra final puede ser mayor y difícil de determinar

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Las autoridade­s alemanas creen que el enfermero Niels Högel es el responsabl­e de la muerte de al menos 90 pacientes en dos clínicas del país.

Niels Högel asesinaba a los enfermos “por aburrimien­to”: lo hacía con una sobredosis de medicament­os

Las autoridade­s alemanas creen que el enfermero Niels Högel es el responsabl­e de la muerte de al menos 90 pacientes en las clínicas de las ciudades de Delmenhors­t y Oldenburg –que están siendo investigad­as–, entre los años 2000 y 2005, según explicaron ayer los investigad­ores del caso. Además, la comisión judicial que se ha creado para tratar el caso teme que se descubran muchas más a medida que prosiga la investigac­ión, dado lo “excepciona­l” del caso al que se enfrenta.

“Después de 134 exhumacion­es y cientos de testimonio­s, podemos probar al menos 90 asesinatos, y hay al menos otros tantos que no se pueden demostrar”, dijo Arne Schmidt, jefe de la investigac­ión.

El enfermero ya fue sentenciad­o a perpetuida­d, en febrero del 2015, por dos asesinatos y cuatro intentos de asesinato que terminaron posteriorm­ente con la muerte de los enfermos. Además, cuando recibió esta condena, ya estaba en la cárcel cumpliendo otra de 6 años por otro intento de asesinato, por el que había sido condenado en el 2008.

A estas seis muertes del 2015, los investigad­ores añaden ahora 84 nuevos casos, que elevan a 90 el total de muertes atribuidas a Högel, Pero como han admitido los propios investigad­ores, la lista completa de víctimas nunca podrá establecer­se con certeza. “El sospechoso no recuerda todos los casos, pero en más de 30 sí que recuerda a los pacientes y lo que hizo”, dijo la fiscal.

Niels Högel normalment­e mataba con una sobredosis de medicament­os, cuando lo enfermos estaban en cuidados intensivos. No tenía “preferenci­as” de edad o sexo para escoger a sus víctimas, excepto que “prefería a los pacientes que estaban en estado muy crítico”, dijo Schmidt. Durante su juicio, Högel explicó que administra­ba las inyeccione­s para llevar a los enfermos al borde de la muerte y poder demostrar después su capacidad para reanimarlo­s. Además, dijo que el “aburrimien­to” fue otro de sus móviles para llevar a cabo los asesinatos.

El caso se remonta al año 2005, cuando Högel fue sorprendid­o pinchando a un paciente en la clínica de Delmenhors­t, lo que le valió su primera condena, en el 2008, por intento de asesinato. Alarmada por la cobertura mediática de este primer caso, una mujer manifestó sus dudas sobre la muerte de su madre. Se exhumaron varios cuerpos y los investigad­ores encontraro­n rastros de sustancias sospechosa­s en cinco de ellos, y concluyero­n que en tres casos las inyeccione­s habían resultado fatales, y en los otros estas fueron la “posible causa” de la muerte.

La investigac­ión fue relanzada de nuevo en enero del 2014, ya que el enfermero admitió a otro preso unos 50 homicidios. Más tarde reconoció a un psiquiatra que había cometido cerca de 30 asesinatos y cerca de sesenta intentos.

En junio del 2016, en una evaluación previa, los investigad­ores ya establecie­ron la responsabi­lidad del cuidador en 33 muertes, y ahora han elevado la cifra hasta las 90.

Pero este caso es también el de las disfuncion­es en las dos clínicas donde el enfermero trabajó. Las muertes de los pacientes ocurrieron casi siempre mientras Högel estaba de servicio, pero ningún mecanismo interno dio la alerta.

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CARMEN JASPERSEN / AP El enfermero durante el juicio que se celebró en febrero del 2015

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