Zoido admite que pudieron fallar los controles con la célula de Alcanar
La célula yihadista de Alcanar evadió los controles policiales destinados a detectar posibles amenazas, reconoció ayer en la Cope el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, quien prometió que esos procedimientos se revisarán. Preguntado si las autoridades deberían haberse dado cuenta de la actividad sospechosa en la casa de Alcanar, Zoido admitió que la célula había logrado evadir algunos controles, como la adquisición de material para fabricar bombas, incluidas 120 bombonas de butano.
“Es verdad que estos controles existen. Aquí ha podido a lo mejor faltar un control, y lo que tendremos que hacer es determinar de qué manera podemos evitar que esto vuelva a suceder”, dijo. En todo caso, el ministro negó que se escamoteara información a los Mossos d’Esquadra y aseguró que la comunicación de Policía Nacional y Guardia Civil con el resto de cuerpos de seguridad es fluida. Zoido respondía así a la denuncia del major de los Mossos, Josep Lluís Trapero. “Yo he presenciado la leal colaboración, es lo que he visto y no me pueden decir lo contrario”, remarcó el ministro, quien dejó claro que eso es lo que sucede no sólo tras los atentados sino desde que llegó al ministerio. Zoido insistió en la colaboración en las mesas de alerta terrorista, que ha presidido en más de una ocasión. “Los Mossos y la Ertzaintza están plenamente integrados” y la colaboración es muy estrecha, “aunque hay quien no quiere que sea así”, señaló el titular de Interior.
Zoido mantuvo ayer una reunión con el presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) y alcalde de Vigo, Abel Caballero, para estudiar vías de cooperación en materia de lucha contra el terrorismo. Ambos coincidieron en que las juntas locales de seguridad son el instrumento “idóneo” para “definir los espacios que puedan ser objetivo de mayor presencia de operativos policiales o medidas pasivas de seguridad”, ya que son las que más conocen el funcionamiento de cada ciudad. En este sentido, “se tendrán que revisar los planes generales de seguridad y estudiar a lo mejor planes parciales atendiendo a determinadas circunstancias” en algunas ciudades y en momentos puntuales. Zoido entregó un borrador al responsable de la FEMP porque, según dijo, en este asunto “hay que ir de la mano”. “Será cada ciudad la que valore las necesidades y qué medidas han de reforzarse con presencia policial o medidas disuasorias”, comentó.
Respecto a los antecedentes del imán de Ripoll, Zoido recordó que fue detenido por tráfico de drogas y condenado por ello y que fue objeto de una investigación de la Policía Nacional en el 2006 por falsificación documental, pero, añadió, en esa época no era imán. Ni la Policía Nacional ni la Guardia Civil “encontraron ningún indicio” que apuntara a su supuesta radicalización. “Cuando la investigación culmine, ya veremos”.
“Ha podido faltar algún control y debemos determinar cómo podemos evitar que se repita”, dijo el ministro