La Rambla retira los altares de homenaje a las víctimas del 17-A
El Ayuntamiento quiere que se conviertan en un recuerdo permanente de los ataques
La ciudad ha de decidir cómo perpetúa en su memoria uno de sus días más dolorosos
Barcelona dio anoche el primer paso del muy delicado proceso de decidir cómo la Rambla ha de guardar el recuerdo del ataque perpetrado el día 17. Unos 30 técnicos supervisados por el Museu d’Història de Barcelona y el Arxiu Municipal de la ciudad retiraron de un modo muy respetuoso la mayor parte de los recuerdos que la ciudadanía dejó estos días en el paseo a modo de homenaje. El espontáneo tributo ya corría el riesgo de degradarse. Los técnicos únicamente dejaron los elementos del altar que se levantó en el principio de la Rambla, tras la boca de la estación de metro de Catalunya. Mucha gente regresará estos días a la ciudad tras terminar sus vacaciones, y muchos sentirán la necesidad de sumarse también de algún modo a este duelo colectivo. Ahora resta desa cidir qué hacer con todo esto...
El primer teniente de alcalde, Gerardo Pisarello, detalló ayer que los técnicos del Ayuntamiento contaron 131 espontáneos memoriales. Medio planeta aún conserva en la retina la imagen del más sobrecogedor, el levantado sobre el mosaico de Miró. Pero estos días cada parterre de la Rambla se convirtió en un improvisado altar. Hasta los balcones rindieron homenaje. Frente al mercado de la Boqueria se dispuso un tenderete de mensajes solidarios. Incluso algunos puestos sin uso del paseo fueron forradas con pequeñas notas llenas de palabras de consuelo. Los restos de plantas se destinarán al compostaje, y las velas también se reciclarán. Si no se retiraran ya todos aquellos pequeños escritos, todos aquellos mensajes solidarios, muy pronto se convertirían en papeluchos arrugados, descoloridos, ilegibles... Cada caja que los guarda indica de manera exacta en qué rincón de la Rambla se encontraban.
Además, cada día más gente entiende que es el momento de terminar de recuperar la normalidad. En estos momentos el paseo por la Rambla se antoja demasiado solemne. Muchos trabajadores del entorno comienzan a estar cansados de pasar el día con el corazón en un puño. Hasta los guiris que entran en la Boqueria temen que los tilden frívolos si acaso se hacen una haciendo el tonto.
Pisarello agregó que el Consistorio ya llevó a cabo una minucio- labor de documentación de todos los elementos. En verdad los técnicos podrían reconstruir cada uno de estos memoriales. Los técnicos también fotografiaron los mensajes escritos con tiza en las baldosas de la Rambla. Lo que ocurre es que el Consistorio aún no sabe qué hará con todos estos elementos. “Son un tesoro de esta ciudad solidaria y valiente”, tecleó ayer la alcaldesa Ada Colau en su cuenta de Twitter. “No pueden
Colau califica los 131 memoriales de “tesoro” y garantiza su conservación
seguir en la calle, pero los guardaremos, cuidaremos y archivaremos”, añadió la alcaldesa Colau.
Pisarello garantizó que estos elementos contribuirán a dar forma a un homenaje permanente. Y luego reconoció que el gobierno municipal aún no tiene ninguna idea al respecto. Quizás pueda hacerse algo en el Museu d’Història de Barcelona. Quizás pueda colgarse algo en la red...
El caso es que retirar todos estos altares espontáneos no es más que el primer paso para definir cómo el rincón más transitado de Barcelona perpetúa su recuerdo más doloroso. Será un proceso muy largo, en verdad espinoso, tremendamente complicado… Ningún otro lugar está tan asociado al nombre de Barcelona como la Rambla. El gobierno de alcaldesa Ada Colau quiere contar con la participación de todos los implicados y enmarcar el intercambio de pareceres en el plan de transformación de la Rambla y la mesa histórica y democrática de Ciutat Vella. Nadie quiere que se repitan los desencuentros y la falta de consenso que marcaron la definición del monumento en recuerdo a las víctimas del 11-M en la estación de Atocha. Pero, tal y como reconoció Pisarello, se trata de una cuestión que se desarrollará “a medio plazo”, un recurrente eufemismo que siempre tiene por objetivo ganar tiempo. Todo es aún tan ambiguo que el teniente de alcalde se refiere al recuerdo de la Rambla como “la señalización memorial”.