Constance Rubini
Un nuevo museo del diseño en Burdeos muestra la labor de Paule Marrot en la imagen de los utilitarios Renault
COMISARIA ARTÍSTICA
La directora del MADD, museo de diseño de Burdeos, que inaugura un espacio en una antigua prisión, es la comisaria de la muestra Oh couleurs! (el diseño bajo el prisma del color), que descubre el papel de una colorista en el éxito de los Renault.
Los historiadores del diseño han privilegiado los temas ligados a la forma, los materiales, las nuevas tecnologías. Pero muy pocos se interesaron en el color que, sin embargo, influencia directamente nuestra percepción de los objetos. El color participa igualmente en la definición de las épocas y los estilos”. Lo explica el diseñador Pierre Charpin, creador del año en Francia, escenógrafo de Oh couleurs! (el diseño bajo el prisma del color), la exposición que inaugura un nuevo espacio de Burdeos en una antigua prisión.
Situada detrás del MADD, museo de las artes decorativas y del diseño, será su prolongación. En ese decorado del siglo XIX, puertas con mirilla y grafitos de los detenidos en las paredes, Charpin distribuyó cuatrocientos objetos, de los tupperwares al mobiliario acidulado de Ettore Sottsass o el zoo polícromo de Jeff Koons.
“Vemos el mundo encantado por el color que sin embargo es inatrapable, porque sólo es perceptible bajo la luz . Y varía según su intensidad, el soporte que la recibe y el ojo que mira”, explica Constance Rubini, directora del MADD y comisaria de la muestra. Y recuerda la intuición de Goethe, en 1810, en su tratado sobre los colores: “Un vestido rojo ¿es todavía rojo cuando nadie lo mira?”.
Bajo la luz cenital del primer patio de la prisión, un pavo real empalado, pájaros y mariposas esmeralda comparten, con el calzado iridiscente Nike y una mesa de Patricia Urquiola la carencia de pigmentos. “Su color es estructural: difracción de la luz”.
En el segundo patio, al contrario, hay pigmentos, en un conjunto que Charpin bautizó Todo es de color, en alusión al mítico tema de Lole y Manuel. Y en fin, cada celda permite explorar una nueva faceta del color.
Y en una, la sorpresa: “Una decoradora parisina en la fábrica Renault”. La historia merecería una película. En 1953 Paule Marrot (1902-1987), decoradora de talento envía una carta al presidente de la Renault para denunciar “la tristeza de los 4CV que veo rodar por París”.
La carta cae en el buen lugar y en el mejor momento. Pierre Lafaucheux, presidente de la compañía, está preocupado. Las encuestas demostraban que si el hombre decidía que coche comprar, su mujer opinaba sobre el color de la carrocería y el interior del vehículo. Tres años antes, además, el presidente de General Motors, de visita, había ya empleado el término tristeza frente a esa flota mayoritariamente oscura.
“La única solución para que la carrocería le guste es que usted conciba los colores”, le responde a Marrot. De un día para el otro la diseñadora de textil y papel pintado inventa un oficio: consejera colorista. Marrot desarrolla su propio sistema de indexación cromática y concibe matices con los químicos de Renault.
“Una revolución –comenta Fernand Picard, entonces director de estudios de la compañía– porque los colores de la carroce- ría, tres o cuatro posibilidades para el cliente, los decidía la dirección comercial”. Además, para cada color exterior, Marrot propone un muestrario de tejidos en armonía, para el interior, de acuerdo con las mejores fábricas de telas.
“Fue la Charlotte Perriand de la Renault: una mujer fuerte, capaz de imponerse en un mundo masculino, trastornar los métodos de trabajo y modificar la mirada de los industriales sobre el automóvil”, subraya Rubini. Claro que con la innovación de proponer treinta colores posibles, la colorista habría sido en parte responsable del éxito del Renault Dauphine, el coche más vendido en Francia entre 1957 y 1961. O sea. que los colores no existen, pero venden.
El centro de exposiciones exhibe desde fiambreras hasta los objetos polícromos de Jeff Koons Marrot escribió una carta al presidente de Renault criticando los colores de sus coches... y este la contrató