Merkel defiende un presupuesto y ministro propios para la eurozona
“Seamos realistas; estamos en una fase muy complicada en nuestras relaciones” La mandataria ve bien “pequeñas cantidades” para hacer reformas, y cita el caso de España La canciller de Alemania avisa a Turquía y Polonia sobre ley y libertades
La canciller alemana, Angela Merkel, arropada por alentadores sondeos que la señalan como vencedora en las elecciones del próximo 24 de septiembre, dio ayer su tradicional rueda de prensa de verano, en la que sostuvo que la campaña electoral no está siendo aburrida –como opinan a coro casi todos los analistas–, y en clave europea señaló que ve bien que la eurozona tenga presupuesto propio e incluso un ministro de Finanzas común. Esta es una aspiración francesa –el presidente galo, Emmanuel Macron, se lo recalcó a Merkel en su visita a Berlín el pasado mayo–, y Alemania, desde siempre reacia al temer que ese esquema le supusiera desembolsos adicionales, empieza a pensar que le conviene el cambio para estimular así la economía europea.
“Yo me posicioné pronto a favor de un presupuesto común para el euro, pero no uno de cientos de millones, sino de pequeñas cantidades para empezar, para hacer reformas cuando no hay margen por el pacto de estabilidad”, defendió. Citó a España como ejemplo de países que acometen reformas y que necesitarían esas “pequeñas cantidades” para no tener que recortar demasiado el gasto público por mor de ajustarse al límite de déficit.
Sobre esa nueva figura de ministro de Finanzas común, apuntó a que las conversaciones al respecto con el equipo de Macron acaban de comenzar. Y aplaudió la propuesta del ministro alemán del ramo, Wolfgang Schäuble, de convertir el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) en un instrumento similar al Fondo Monetario Internacional (FMI), pero a nivel europeo, “que nos permitiría mostrar al mundo que la eurozona tiene mecanismos para reaccionar a situaciones inesperadas”.
Pero la rueda de prensa –más de hora y media respondiendo preguntas en la abarrotada sede de la Bundespressekonferenz, de la Asociación de Periodistas Parlamentarios– dio también para abundar en un asunto clave de esta legislatura, la crisis migratoria, y para lanzar avisos a dos países: Turquía y Polonia.
Tras la apertura de fronteras a los refugiados decretada por Merkel hace ahora dos años –“Lo correcto e importante es que nos ocupáramos de esas personas en situación de emergencia”, arguyó–, y la llegada a Alemania de más de un millón de refugiados entre el verano del 2015 y al 2016, el flujo se frenó con el acuerdo de la UE con Turquía de contención de migrantes en la frontera. Con todo, Alemania sigue recibiendo 15.000 solicitantes de asilo al mes, y por ello está abocada a entenderse con Turquía, pero las relaciones entre ambos países acumulan tensión.
“Quisiera que nuestras relaciones fueran mejores, pero seamos realistas; estamos en una fase muy complicada en nuestras relaciones”, dijo Merkel. La canciller reclamó la liberación de todos los ciudadanos alemanes detenidos en Turquía “sin justificación”, en referencia al periodista Deniz Yücel, la traductora Mesale Tolu, y otros. La tensión larvada, que ha conocido varios episodios en los últimos meses, creció este verano cuando el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, emplazó a los ciudadanos alemanes de origen turco a no votar al partido de Merkel (la CDU democristiana), ni al de su actual socio de Gobierno y rival electoral, el SPD, con Martin Schulz como candidato. De los tres millones de turcos de Alemania, la mitad tiene derecho a voto.
A una pregunta sobre la vecina Polonia, con reformas en curso que la UE y analistas juzgan de talante antidemocrático, la canciller respondió que “el imperio de la ley es uno de los requisitos para la cooperación en el seno de la UE”. Y señaló que hablará hoy del asunto con el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, que visitará Berlín.
Esta rueda de prensa anual de la jefa del Gobierno –impensable en otros países– sabe a poco a los colegas alemanes. Uno de ellos preguntó a Merkel qué le han hecho para que acuda sólo una vez al año a la Bundespressekonferenz a contestar sobre temas largo y tendido. Merkel arrancó risas en la sala cuando respondió con otra pregunta: “¿Con qué frecuencia querrían ustedes tenerme aquí?”. Según las estadísticas, en los doce años que lleva de canciller ha venido 21 veces a dar ruedas de prensa a esta casa.