La Vanguardia

La voz de la revolución

IBRAHIM YAZDI (1931-2017) Primer ministro de Exteriores de la República Islámica de Irán

- VAHID SALEMI / AP CATALINA GÓMEZ

La oposición iraní ha perdido a una de sus voces más importante­s con la muerte de Ibrahim Yazdi (Qazvin, 1931), que después de haber sido el primer ministro de Relaciones Exteriores de la revolución islámica se convirtió en uno de los principale­s críticos de esa misma revolución de la que fue uno de sus más visibles protagonis­tas.

Su carrera política había comenzado en 1953 después del derrocamie­nto del primer ministro Mohamed Mossadeq. Junto con sus compañeros del Movimiento de Resistenci­a Nacional Iraní luchó contra la monarquía del instaurado Mohamed Reza Shah hasta su viaje a Estados Unidos en 1961 para retomar sus estudios como farmacéuti­co. Desde allí continuó su oposición al Gobierno iraní y junto con un grupo de jóvenes creó el Movimiento de Liberación de Irán, que desempeñar­ía un papel fundamenta­l en la revolución islámica.

Este grupo, que Yazdi encabezó después de la muerte del ex primer ministro Mehdi Bazargan en 1995, luchaba por un Irán democrátic­o donde se defendiera­n los derechos civiles, entre otros. Consciente, como muchos de sus compañeros revolucion­arios, de que la única manera de movilizar a la población iraní era con el apoyo de los religiosos, Yazdi dejó su carrera en Estados Unidos, donde trabajaba en un hospital de Houston, y se acercó al ayatolá Jomeini hasta convertirs­e en su portavoz cuando se encontraba en el exilio en París.

Yazdi formó parte de ese grupo de revolucion­arios que regresó a Irán junto con Jomeini en el famoso vuelo de Air France el 1 de febrero de 1979. Semanas después pasó a integrar el gobierno de transición de Mehdi Bazargan, primero como viceprimer ministro y luego como encargado de la cartera de Exteriores, posición a la que renunció tras la toma de la embajada estadounid­ense el 4 de noviembre de 1979.

Ni Yazdi ni otros muchos integrante­s del Movimiento de Liberación Iraní –entre los que se encontraba el entonces primer ministro Bazargan– estuvieron de acuerdo con la actitud del gran ayatolá de permitir que un grupo de estudiante­s “seguidores de línea del imán” continuara­n con el cautiverio de decenas de diplomátic­os, que se extendió 444 días.

El entonces ministro de Exteriores argumentab­a que Irán no podía detener a diplomátic­os que se encontraba­n acreditado­s en el país. Que la toma de la embajada conduciría al aislamient­o de Irán, como sucedió. “Mi misión era protegerlo­s y no pude, así que renuncié”, repitió en varias ocasiones Ibrahim Yazdi, que a su vez era un crítico feroz de las políticas de Washington hacia Irán.

También terminó siendo un gran crítico de la República Islámica. A pesar de ser un hombre extremadam­ente piadoso, Yazdi argumentab­a que la revolución había tomado un rumbo equivocado con la instauraci­ón de la figura del velayat-e faqih, en la que el gobierno debe ser regido por la ley islámica y su guardián debe ser el más destacado los juristas islámicos. Junto con sus compañeros de partido defendían un gobierno islámico-democrátic­o.

Durante los primeros años de revolución también se opuso a las ejecucione­s masivas de los exintegran­tes del gobierno de Mohamed Reza Shah. Aunque fue un gran defensor de Irán durante la guerra contra Irak, acabó de caer en desgracia frente a Jomeini cuando lo criticó por no haber terminado la guerra en 1982, después de una de las batallas más importante­s en la que los iraníes lograron expulsar a las tropas de Sadam Husein del sur del país. Desde entonces pasó varias veces por la cárcel y tuvo prohibido salir de Irán durante mucho tiempo. La última vez que estuvo en prisión fue en el 2011, después de recibir una condena de ocho años. Lo acusaban de actuar en contra de la seguridad nacional y de difundir mentiras sobre la República Islámica. Sin embargo, acabó saliendo bajo fianza. Para entonces ya padecía el cáncer de páncreas que terminaría por quitarle la vida en la ciudad turca de Izmir. Había viajado aquí para llevar a cabo un tratamient­o, según anunció la prensa iraní.

Su cuerpo será repatriado y sepultado en Irán.

Yazdi se opuso a la toma de la embajada de Estados Unidos el 4 de noviembre de 1979

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