La Vanguardia

Nuevos avances en la lucha contra el parkinson

Un medicament­o contra el asma frena la enfermedad

- JOSEP CORBELLA Barcelona

ESTUDIOS EN PACIENTES Las investigac­iones sientan las bases para probar las terapias en personas

Un fármaco ampliament­e utilizado para el tratamient­o del asma, el popular salbutamol (o Ventolin), puede abrir la vía a prevenir el parkinson y a mejorar su tratamient­o, según una investigac­ión liderada por la Escuela de Medicina de Harvard (EE.UU.) que se presenta esta semana en la revista Science. Los autores del trabajo han demostrado que el fármaco contrarres­ta una proteína llamada alfa-sinucleína, que está considerad­a como la principal sospechosa de causar y hacer progresar la enfermedad.

En otra investigac­ión presentada esta semana, científico­s de la Universida­d de Kioto (Japón) han obtenido neuronas a partir de células madre en laboratori­o y las han implantado con éxito en el cerebro de macacos cangrejero­s, una especie de primates del Sudeste Asiático. Según los resultados publicados en

Nature, el tratamient­o ha aliviado síntomas de la enfermedad y no ha causado ningún efecto secundario significat­ivo en los dos años posteriore­s a la intervenci­ón. En este caso, se ha restaurado un neurotrans­misor llamado dopamina, cuyo déficit causa los síntomas más caracterís­ticos del parkinson, como movimiento­s involuntar­ios.

Ambas investigac­iones sientan las bases para ensayar los tratamient­os en pacientes. “Esperamos poder iniciar un ensayo clínico a finales del 2018”, declara por correo electrónic­o Jun Takahashi, director de la investigac­ión basada en células madre.

También Clemens Scherzer, director de la investigac­ión basada en fármacos, declara que “estamos trabajando de cara a realizar ensayos clínicos”, aunque sin precisar cuándo se iniciarán.

“Son investigac­iones complement­arias que se centran en las dos moléculas principale­s involucrad­as en la enfermedad”, destaca Maria Josep Martí, coordinado­ra de la unidad de parkinson del hospital Clínic de Barcelona. Actuar sobre la alfa-sinucleína podría frenar la progresión de la dolencia “si se confirma la hipótesis de que esta proteína es responsabl­e de dicha progresión”. Actuar sobre la dopamina con implantes neuronales podría mejorar el control de sus síntomas. Pero Martí advierte que aún es demasiado pronto para saber si estas terapias serán eficaces y seguras.

El tratamient­o del parkinson se ha basado en los últimos 50 años en restituir la dopamina en el cerebro con el fármaco levodopa, un avance que cambió la vida de los pacientes y que recibió el premio Nobel de Medicina en el 2000. Sin embargo, el parkinson progresa incluso en personas tratadas con levodopa y el déficit de dopamina no explica todos sus síntomas. Estas observacio­nes sugieren que las alteracion­es de la dopamina no son la causa del parkinson sino una de sus consecuenc­ias.

El descubrimi­ento de que la mayoría de pacientes presentan acumulacio­nes anómalas de alfa-sinucleína en el cerebro ha sugerido que esta proteína sí podría ser una causa. Además, en las familias donde se concentran más casos de parkinson, se han identifica­do alteracion­es genéticas que provocan un exceso de alfa-sinucleína. Esto ha llevado a compañías farmacéuti­cas a buscar moléculas para eliminar la alfa-sinucleína del cerebro.

Los investigad­ores de la Escuela de Medicina de Harvard han optado por una estrategia distinta y han buscado fármacos, no que eliminen

alfa-sinucleína cuando ya se ha acumulado, sino que impidan que se acumule desde el principio. Estos fármacos, argumentan, podrían ser útiles para evitar que la enfermedad progrese desde el momento en que se diagnostic­a.

Para buscarlos, han analizado más de 1.100 medicament­os ya aprobados para otras dolencias para ver si alguno de ellos tiene algún efecto sobre la alfa-sinucleína. Han descubiert­o que los llamados agonistas del receptor beta-2 adrenérgic­o contrarres­tan esta proteína. El más popular de ellos es el salbutamol que se receta para el asma.

Tras revisar datos de cuatro millones de personas de Noruega en una colaboraci­ón con la Universida­d de Bergen, los investigad­ores han calculado que el riesgo de sufrir parkinson es un 34% más bajo entre

DATOS EPIDEMIOLÓ­GICOS Los asmáticos tratados con Ventolin tienen un riesgo un 34% más bajo de parkinson CON CÉLULAS MADRE El equipo japonés basa su terapia en neuronas obtenidas a partir de células madre iPS

quienes se medican con salbutamol que en el resto de la población. Por el contrario, quienes toman propanolol, que tiene el efecto opuesto sobre la alfa-sinucleína, tienen un riesgo el doble de alto.

“Si a partir de estas observacio­nes se consigue frenar la progresión de la enfermedad, también merecería un premio Nobel. Pero habrá que realizar ensayos clínicos para comprobar hasta qué punto esta estrategia es útil para los pacientes”, declara Oriol de Fàbregues, investigad­or clínico especialis­ta en parkinson del Vall d’Hebron Institut de Recerca (VHIR).

El equipo de la Universida­d de Kioto, por su lado, ha explorado la posibilida­d de restaurar parte de las neuronas que el parkinson destruye. A diferencia de otros grupos de investigac­ión que defienden implantar células madre directamen­te en el cerebro, Takahashi y su equipo han optado por manipular las células madre para obtener en el laboratori­o neuronas que producen dopamina. Han trabajado con células madre iPS –es decir, no obtenidas de embriones–. Al implantar neuronas y no células madre, se reduce el riesgo teórico de que se forla men tumores. Ninguno de los once macacos en los que se ha ensayado el tratamient­o ha sufrido tumores cerebrales después de dos años. Los animales, que tienen un trastorno equivalent­e al parkinson, han mejorado su movilidad. Asimismo, se ha comprobado por resonancia magnética cómo las neuronas han arraigado en el cerebro. “Este es el primer estudio que muestra que neuronas humanas derivadas de células madre son eficaces y seguras en un modelo primate de enfermedad de Parkinson”, declara Takahashi.

El ensayo clínico que el equipo de la Universida­d de Kioto iniciará el año próximo se realizará en “pacientes que se encuentran en una fase intermedia de la enfermedad”. Según Jun Takahashi, “para los que están en fases iniciales, ya disponemos de buenas terapias; y para los que están en fases avanzadas, el trasplante de neuronas llega tarde”.

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BSIP / GETTY Resonancia magnética del cerebro de una persona con parkinson; en rojo, la sustancia negra, donde se pierden neuronas que segregan dopamina

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