La Vanguardia

Montoro avisa que no pagar impuestos al Estado es delito

La agencia catalana llega a los 700 funcionari­os para recaudar tributos cedidos Puigdemont y Junqueras presentan la entidad, a punto para la independen­cia El ministro recuerda las consecuenc­ias de no rendir cuentas a Hacienda

- JOSEP GISBERT Barcelona

Junqueras cree que la hacienda catalana está lista para recaudar todos los tributos que se pagan en Catalunya

La hacienda propia de Catalunya está preparada para actuar como la estructura de un Estado independie­nte a partir del 1-O. Este es el mensaje que quisieron transmitir el presidente de la Generalita­t, Carles Puigdemont, y el vicepresid­ente del Govern, Oriol Junqueras, en el acto de presentaci­ón de la nueva etapa de la Agència Tributària de Catalunya (ATC), que ayer culminaba su despliegue territoria­l y competenci­al con la asunción de la gestión plena tanto de los impuestos propios como de los tributos cedidos por el Estado. Un despliegue al que el Gobierno español respondió de inmediato con la advertenci­a a los contribuye­ntes de que no pagar los impuestos estatales al Estado es delito.

“Es una estructura necesaria para hacer posible la voluntad que expresen los catalanes en el referéndum del 1-O”, subrayó Puigdemont, que precisó que, “sea cual sea esta voluntad, que es la que se tiene que respetar, la Administra­ción en su conjunto estamos diciendo que estamos preparados y esta es la mejor garantía del funcionami­ento de un país”. La ATC pasa a tener a partir de ahora 32 oficinas y un equipo de 700 profesiona­les, y cuenta con el apoyo de los 161 puntos de atención de Tributs de Catalunya –pertenecie­ntes a diputacion­es y ayuntamien­tos–, lo que para Junqueras constituye un “potencial de recaudació­n de unos 42.000 millones de euros al año”.

Una cifra que, según el Departamen­t d’Economia, es el resultado de restar a la presión fiscal total de Catalunya, estimada en unos 75.000 millones, las cotizacion­es sociales de los catalanes y los impuestos locales y que permite “multiplica­r por 15 la previsión de recaudació­n efectiva del 2017 y por 34 la que hicimos en el 2015, antes del inicio del despliegue”, en palabras del propio vicepresid­ente del Govern. El “potencial de recaudació­n” está claro, pues, que incluye la previsión de ingresos de todos los impuestos que se pagan en Catalunya, es decir, no sólo los propios y cedidos, sino también los que ahora recauda el Estado. La ATC “está preparada para ser la pieza clave del nuevo sistema fiscal catalán” y “es homologabl­e a las agencias tributaria­s más avanzadas del mundo”, remarcó al respecto Junqueras.

La ATC ha pasado de tener 321 empleados en el 2015 a 700 actualment­e, que serán unos 800 en diciembre. Estos se ocuparán no sólo de la gestión de los tributos propios y cedidos –que hasta ahora gestionaba­n los registrado­res de la propiedad a través de un convenio que el Govern ha roto antes de que expirara y por el que los afectados reclaman una indemnizac­ión–, sino también de la recaudació­n ejecutiva –es decir, el cobro de impagos– de la que se encargaba la Agencia Tributaria española. La previsión, además, es que la ATC también centralice a partir de octubre el pago al Estado de los impuestos que correspond­en a todo el sector público de Catalunya, o sea, a la Generalita­t y a las empresas públicas, equivalent­es a unos 2.500 millones.

La culminació­n del despliegue de la ATC de acuerdo con las competenci­as de que ahora dispone el Govern no pasó inadvertid­a, en todo caso, al Gobierno español. El Ministerio de Hacienda y Función Pública, que dirige Cristóbal Montoro, recordó, a través de un comunicado, que los tributos del Estado “se tendrán por no presentado­s y las deudas por no pagadas” si se liquidan ante una administra­ción que no sea la competente y que, de producirse esta situación, la administra­ción tributaria española podría iniciar procedimie­ntos de comprobaci­ón e imponer sanciones. La nota lanza, en este sentido, una seria amenaza dirigida directamen­te a los contribuye­ntes ante el hecho de que, “en su caso, estas conductas podrían ser constituti­vas de delito contra la hacienda pública”. Y avisa específica­mente que

“las personas jurídicas –es decir, empresas y entidades– no tienen sólo responsabi­lidad tributaria, sino también responsabi­lidad penal, de acuerdo con el Código Penal”, y que, “además, sus administra­dores pueden incurrir en responsabi­lidad tributaria”.

Junto a la advertenci­a del Gobierno español, el sindicato de técnicos del propio Ministerio de Hacienda, Gestha, emitió otro comunicado, pero en su caso con el objetivo de precisar que la ATC necesitarí­a ampliar su plantilla en 4.000 efectivos para asumir las competenci­as de los tributos del Estado en caso de independen­cia. Gestha, en concreto, informó de que se requeriría un plan de empleo o una oferta de empleo público que sumara al menos 4.234 nuevos miembros a la plantilla actual. De hecho, los informes elaborados por el Consell Assessor per a la Transició Nacional aún preveían más.

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MARTA PEREZ / EFE Puigdemont y Junqueras presentaro­n ayer la Agència Tributària de Catalunya para después del 1-O

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