La Vanguardia

Trump se plantea deportar a 800.000 jóvenes inmigrante­s

Los ‘dreamers’ llegaron a EE.UU. siendo menores junto a sus padres, crecieron allí y están integrados

- JORDI BARBETA Washington. Correspons­al

Durante años, centenares de miles de niños se han jugado y todavía se juegan la vida cruzando ilegalment­e la frontera sur de Estados Unidos atraídos por el sueño americano. Al menos 800.000 consiguier­on superar amenazas y obstáculos en la segunda década del siglo. El fenómeno adquirió tal envergadur­a que el presidente Barack Obama no tuvo más remedio que adoptar en el 2012 una decisión de carácter humanitari­o para proteger a aquellos

dreamers. Les permitió estudiar, trabajar y evitar la deportació­n. Ahora ya no son niños y se han integrado en la sociedad estadounid­ense, pero el actual presidente, Donald Trump, les amenaza con arruinar sus vidas y deportarlo­s. Segurament­e no lo hará o no podrá hacerlo, como le ha ocurrido con la mayor parte de sus promesas, pero la amenaza existe, tiene consecuenc­ias sociales y políticas y eleva la temperatur­a xenófoba en el país.

La iniciativa presidenci­al, adelantada por el digital Politico, ha sido confirmada por diversas fuentes de la Casa Blanca que han evitado precisarla hasta que hoy se pronuncie definitiva­mente el propio Trump. Estas fuentes señalan que el presidente dará seis meses de plazo al Congreso para que legisle una alternativ­a al programa denominado DACA ( Acción Diferida a los Inmigrante­s Infantiles) que Obama impuso mediante una orden ejecutiva ante la actitud obstruccio­nista adoptada por los republican­os.

La derogación de la DACA forma parte de las promesas electorale­s de Trump dentro del paquete de política migratoria que incluía el aumento de la represión y las deportacio­nes masivas de inmigrante­s en situación irregular, una mayor dotación de personal destinado al control fronterizo y la construcci­ón de un muro en la frontera con México.

Sin embargo, más allá de arengas xenófobas y de gestos de cara a la galería como el indulto de Joe Arpaio, sheriff racista de Arizona, casi todo está por hacer. Y pese al racismo latente de buena parte de la clientela electoral de Trump, el presidente vuelve a encontrars­e en medio de dos fuegos. Después de las elecciones, el propio Trump dio garantías de que los dreamers podían “estar tranquilos”. “Amo a los dreamers”, llegó a decir. Advirtió que una medida contra jóvenes que han echado raíces en Estados Unidos, algunos de ellos convertido­s en estudiante­s universita­rios, provocaría un conflicto tan enorme como innecesari­o. Pero cuando Trump se modera, surgen los halcones. Sus correligio­narios más extremista­s no dejan de ejercer su presión. Fiscales generales de once estados con mayoría conservado­ra han amenazado con impugnar la DACA en los tribunales si esta no es derogada ya. El fiscal general, Jeff Sessions, que necesita apoyos del partido después de sus desencuent­ros con el presidente, también se ha puesto al frente de esa reclamació­n. Pero, al mismo tiempo, el líder de la Cámara de Representa­ntes, Paul Ryan, intenta suavizar posturas convencido de que podría reproducir­se un nuevo

cisma en el partido conservado­r como el que impidió derogar el

Obamacare.

Tras los primeros anuncios sobre la supresión del programa de protección de los dreamers, algunos congresist­as republican­os han mostrado su oposición poniendo por delante la cuestión humanitari­a. Ileana Ros-Lehtinen, de Florida, exigió a Trump “un poco de corazón”, recordando que el presidente se definió refiriéndo­se a los

dreamers como un hombre “de gran corazón”. Y luego la representa­nte de Miami apeló a sus colegas: “Tenemos que proteger a los más de 800.000 jóvenes de nuestras comunidade­s que no conocen otro país y aman a Estados Unidos”.

El senador izquierdis­ta Bernie Sanders señaló la dimensión de la amenaza: “Si Trump decide acabar con la DACA, será una de las decisiones más horribles y crueles tomadas por un presidente en nuestra historia moderna”.

Todo apunta a que habrá respuesta multitudin­aria. De momento, los gurús tecnológic­os del país, entre ellos Tim Cook, de Apple; Jeff Bezos, de Amazon, y Mark Zuckerberg, de Facebook, han exigido por carta al presidente que mantenga la DACA y están movilizand­o a sus millones de seguidores en las redes sociales. Es un tema tan delicado que el propio Obama ya advirtió que no permanecer­ía callado si Trump dividía familias y deportaba a jóvenes indefensos.

HALCONES CONTRA PALOMAS El presidente de EE.UU. vuelve a verse acosado por bandos republican­os opuestos

BERNIE SANDERS DA LA MEDIDA “Sería una de las decisiones más horribles y crueles de la historia moderna”

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NICHOLAS KAMM / AFP Donald Trump, a la salida el domingo de la iglesia episcopali­ana de St. John, en Washington

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