La Vanguardia

El juez compasivo

- ANNA BUJ Barcelona

En el juzgado municipal de Providence, en Rhode Island (Estados Unidos), a veces no es un juez quien dicta las sentencias.

–Podemos adoptar la opción uno, que sería aplicar toda la multa con los recargos por impago de 300 dólares. Luego está la opción dos, de 100 dólares. También podríamos adoptar la tres, que es decir: bueno, le damos un descanso y reducimos la multa a 50 dólares. O podríamos optar por la cuatro y que no pague nada. ¿Qué es lo que harías tú para ser justa, cuánto le harías pagar? –La tres. 50 dólares. La justicia la ha dictado Janice, de seis años, cuya madre se enfrentaba a una multa de hasta 300 dólares por aparcar en un sitio prohibido mientras acudía a una fiesta en casa de su primo. Y el que le orienta a decidir la gravedad del castigo para su madre no es otro que el juez Frank Caprio, de 80 años, quien ya se ha convertido en una estrella de internet en EE.UU. por la compasión y el sentido del humor con que ejerce su trabajo.

“No llevo un placa debajo de la toga. Llevo un corazón”, dijo en una entrevista con la agencia Ap. Al final, acabó perdonando por completo a la madre de Janice bajo la promesa de que llevara a la niña a desayunar.

Además de enseñar los valores de la justicia a los menores, Caprio piensa en plazos para que los culpables paguen sus multas sin que se resienta su economía, hace que los estudiante­s prometan ir a clase a cambio de retirarles las sanciones de tráfico y hasta pierde la paciencia cuando ve que alguien le está adulando demasiado.

Frank Caprio lleva 32 años en la misma sala municipal para delitos menores y su hermano, Joe Caprio, aprovecha para grabar sus sesiones en un canal llamado Caught in Providence (Pillado en Providence) que ya tiene más de 360.000 seguidores en Facebook y 82.000 en YouTube. Según su hermano Joe –Uncle Joe, para sus fans en internet– el juez Caprio es igual dentro que fuera del tribunal. “Es como una figura paterna para el mundo. Es un viejo caballero, cuando dice algo, los demás escuchan”, asegura.

En los vídeos no hay actores, sino que todo son vistas reales con el permiso de los acusados. Las imágenes muestran dictámenes hilarantes, como cuando Caprio indulta a una mujer que había aparcado mal dos minutos antes de las 10 de la noche, cuando ya estaba permitido. “¿Qué tienes que decir en tu favor? ¿Qué hacemos con esto, la cárcel?”, ironiza el juez ante las risas de la mujer, que argumenta que el reloj de su coche estaba adelantado.

Pero también es comprensiv­o en lo peor: el vídeo más reproducid­o es el de Andrea Rogers, una mujer que tiene que afrontar 400 dólares en multas de tráfico con una situación personal estremeced­ora. La mujer se derrumba en el juzgado mientras explica que aparcó mal porque tenía prisa para resolver asuntos económicos de su hijo, que había sido asesinado por su tío hacía un año. “Estoy pasando una mala época, su señoría”, le dice entre llantos Rogers, que también había perdido su apartament­o. “Pienso que nadie querría experiment­ar esto en su vida”, le responde el juez antes de perdonarla. El vídeo alcanzó los 170 millones de reproducci­ones y Rogers recibió miles de mensajes de apoyo y ayuda económica. “Creo que es un juez realmente bueno porque da un respiro a la gente cuando cree que lo necesitan”, valoró ella.

Según ha contado en alguna ocasión, Caprio aprendió la importanci­a de la educación de su padre, Antonio, un inmigrante italiano que llegó a Estados Unidos sin nada en los bolsillos. Al principio vivían sin agua caliente. “Nos despertaba a mi hermano y a mí cada día a las 4 de la mañana, nos ponía en el camión de la leche –era repartidor– y nos decía: si no queréis esto para el resto de vuestra vida, buscad una manera para poder ir a la universida­d”, contó Caprio. Él optó por enseñar historia en un instituto para estudiar Derecho de noche en la Boston Suffolk University y cuando pudo ejercer, intentó aplicar este ejemplo. “Al final, sólo hago lo que mi padre me enseñó. Sigo su consejo, y ha resonado en el mundo. Sólo a través de la educación haremos que este sea un país mejor”, comentó.

Caprio tiene dos hijos, ambos abogados. Ellos tampoco cobran a quienes no pueden permitírse­lo.

Un juez local de Providence (EE.UU.) se convierte en una estrella en internet por sus indulgente­s

sentencias El vídeo más reproducid­o es el del indulto a una mujer que había perdido a su hijo hacía un año

 ?? MICHELLE R. SMITH / AP ?? Estrella en internet. El juez Frank Caprio, sentadoen el banco del tribunal municipal de Providence, enel estado de Rhode Island
MICHELLE R. SMITH / AP Estrella en internet. El juez Frank Caprio, sentadoen el banco del tribunal municipal de Providence, enel estado de Rhode Island
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