Del como siempre al como sea pasando por el no se hará
En la película Barry
Seal, estrenada el viernes, el protagonista, piloto de avión (Tom Cruise), se divierte provocando turbulencias sólo para matar el aburrimiento y asustar al pasaje. Las turbulencias de esta fase del proceso, en cambio, no parecen ni divertidas ni provocadas en nombre del espectáculo, sino que responden a una estrategia anunciada por la hoja de ruta independentista y el inmovilismo jurídico de Rajoy, y no deberían sorprender a nadie. Sí sorprende la virulencia policial de la polémica post-17-A, que ha encontrado en los medios de comunicación el territorio idóneo para alejarse de un indispensable consenso sobre seguridad o de la sustancia real de los hechos: asesinados, heridos y asesinos. La inflamabilidad del material argumental que se intercambia, sin embargo, no evita que circulen algunos chistes de hoja caduca, como, teniendo en cuenta que lo organiza El Periódico, Josep Lluís Trapero no será Catalán del Año.
Un reportero belga que estuvo en Barcelona la semana pasada para calibrar l’air du temps me comentó que había hablado con mucha gente y le parecía que Catalunya y España están viviendo un proceso moderado y pacífico de revolución. Debe tener razón porque, en El suplement (Catalunya Ràdio), Ricard Ustrell entrevistó a Xavier Trias navegando por aguas de Menorca y el exalcalde, colmo de la moderación turoparkiana y pediátrica, pidió el referéndum “como sea”. Es una opción distinta al “como siempre” que proponía Oriol Junqueras. Debemos entender que el “como sea” es el plan B de un “como siempre” amenazado por un marco legal tan insuficiente para solucionar el problema político como el marco legal alternativo que se propone. Para contener el ansia de imponer la fuerza como gran argumento, el presidente Rajoy hace doctrina de la moderación con mensajes contrarrevolucionarios. “Tengan la total y absoluta certeza de que no se va a hacer”, dijo ante un público orgánicamente fiel.
Total y absoluta son conceptos redundantes que querrán compensar una inseguridad que no deberíamos considerar certeza. Pero el tiempo, Pyongyang y las cifras del paro dirán lo que es posible y mañana entraremos en la fase de máximo calentamiento del Onze de Setembre, concebido como la cima de una larga y exitosa secuencia de movilizaciones. Si quedaba alguno indeciso, MadCataluña (Telecinco) organizó un guirigay monotemático en el que, gracias a su tono carpetovetónico, Xavier Garcia Albiol, del PP, rebajó el listón argumental hasta la náusea. En el vestíbulo del futuro Museu d’Història de Catalunya tendrá que instalar una reproducción tamaño natural de Albiol, capaz de convertir a españolistas convencidos de Salamanca en maulets conversos.
Mañana entramos en la fase de máximo calentamiento del Onze de Setembre