Un mal presidente
Señor Rajoy, me considero un catalán moderado, ni extremista ni radical, y cada vez que usted se dirige a nosotros en esos términos me ofende. Nos hemos manifestado pacíficamente en cinco ocasiones sin obtener ninguna respuesta por su parte. ¿Dónde está la radicalidad? Creo que más bien se encuentra en su oportunismo y su falta de flexibilidad. ¿Cree que esta es la mejor manera de actuar? Quizás les sea rentable en votos y les sirva para tapar sus vergüenzas, pero no es la manera de proceder de un buen gobernante.
Muchos son independentistas por convicción, y otros porque estamos hartos de los abusos y afrentas que recibimos. España ha evolucionado, pero no nos ha seducido ni convencido para que dejemos de serlo, al contrario. Aunque para usted lo más fácil y cómodo sea repetir que somos radicales o víctimas de una manipulación.
Hay que afrontar el problema con diálogo y democracia, pero por lo que se ve ni usted ni su partido dan la talla y ello sólo nos llevará a una mayor confrontación y quizás, entonces sí, a la radicalidad. Encuentren una solución definitiva –a pesar de que no guste a muchos de sus votantes– y dejen de amenazar y exhibir esa estúpida firmeza de la que tanto alardean.
ENRIC CASANOVA
Mataró