Los camiones abandonarán la N-340 en enero del 2018
Territori anuncia al fin la entrada en vigor del plan, que junto al desvío bonificado del tráfico pesado incluye la AP-7 gratis para los vecinos
El Govern sella con los 25 alcaldes afectados los flecos del acuerdo con Fomento; Madrid sigue sin abrir boca
La esperada y largamente reivindicada solución provisional para el colapso y la siniestralidad de la N-340 a su paso por las Terres de l’Ebre y el norte de Tarragona, hasta el Penedès, ya tiene al fin una fecha concreta. El conseller de Territori i Sostenibilitat, Josep Rull, aseguró ayer que el plan, con el desvío obligatorio de todos los camiones entre Peñíscola (Castellón) y l’Hospitalet de l’Infant (Baix Camp) y entre Altafulla (Tarragonès) y Vilafranca (Alt Penedès), entrará en vigor “en enero del 2018”. El anuncio oficial lo hizo el conseller Josep Rull después de sellar con los alcaldes de los 25 municipios afectados los detalles del acuerdo alcanzado con Fomento. “Hemos acreditado que cuenta con el consenso del territorio”, añadió Rull.
Aunque hasta la fecha nadie del Ministerio de Fomento ha querido entrar a analizar el plan, ni le ha dado el rango de oficialidad, la Generalitat lo da por cerrado y consensuado. Rull, acompañado de Eugènia Domènech, directora del Servei Català de Trànsit (SCT), puso ayer tarde sobre la mesa los detalles y últimos flecos del acuerdo para atajar la mortalidad y las continuas retenciones en la vetusta y peligrosa N-340.
La bonificación de los peajes para los vecinos que realicen trayectos internos con vehículos ligeros en la AP-7 será del 100% del importe, “siempre que realicen el recorrido de ida y vuelta entre Vilafranca Sud (Alt Penedès) y Alcanar (Montsià) en el periodo de 24 horas como máximo”. Se da así respuesta parcial a una de las grandes reivindicaciones del territorio. “Las bonificaciones se vehicularán mediante el sistema de pago dinámico (Via-T)”, detalló Territori en el comunicado.
Para los camiones que circulen por la N-340 el desvío será obligatorio y parcialmente bonificado. A los camiones de paso se le pagará el 42,5% del importe del peaje y para los que realicen desplazamientos locales llegará hasta el 50%. En cualquier caso, las bonificaciones están algo lejos de las exigencias del sector del transporte en Tarragona, que pedía que como mínimo se cubriese con dinero público el 75% de los peajes.
Con la voluntad de blindar el consenso entre los diferentes municipios afectados y por no dejar ningún cabo suelto, Rull reunió a todos los alcaldes afectados en la sede del departamento. Territori i Sostenibilitat prevé que con la implantación de estas medidas se desviarán entre 3.800 y 4.000 camiones al día de la N-340 a la AP-7 entre Tarragona y l’Hospitalet de l’Infant. “Mejorará la seguridad y la fluidez de la carretera”, destaca la Generalitat.
En los dos tramos de actuación no existe aún ninguna alternativa rápida, segura y gratuita a la obsoleta y peligrosa N-340, por lo que los camiones deberán circular siempre por la autopista AP-7.
Consumido prácticamente el verano, alcaldes y vecinos habían exigido la concreción del plan, anunciado a finales de julio por sorpresa por el mismo Rull. “Los 25 alcaldes han avalado la propuesta para descongestionar la vía, que previamente ha sido aceptada por el Ministerio de Fomento, el organismo competente para implementarla”, concretó Territori. Fomento tiene ahora la pelota sobre su tejado.
Además de avalar y escuchar, los alcaldes hicieron también reclamaciones. Los municipios integrados en el Pacte de Berà, con El Vendrell, Torredembarra, Altafulla y Roda de Berà a la cabeza, exigieron a la Generalitat que se siga presionando a Fomento para que ejecute las obras de desdoblamiento de la N-340 (A-7) desde la zona de la Móra (Tarragona) hasta el enlace de la carretera con la AP-7. Se trata de uno de los tramos más conflictivos.