Frances McDormand, una madre coraje con violencia y humor
John Landis presenta la restauración de ‘Thriller’ en 3D
Una extraña combinación de humor y melancolía atraviesa de parte a parte Tres anuncios en las afueras de Ebbing, Misuri,
el filme de Martin McDonagh saludado ayer con una ovación en el festival de Venecia.
Tres anuncios... arranca con una gran tragedia, que no vemos, la violación y asesinato de la hija de Mildred (Frances McDormand), y luego continúa por caminos inesperados –unas veces trágicos, otras chocantes– pero siempre inesperadamente brillantes. Situaciones de esas que, por sorprendentes, te clavan en la silla. Aunque a veces resulten forzadas o poco creíbles.¿Quién necesita credibilidad ante McDonagh?
Escritor, dramaturgo y guionista, McDonagh (Escondidos en Brujas, 2008) ha hecho de la brutalidad del lenguaje su marca de fábrica, y con el humor amplía su paleta de sensaciones. No hay crueldad, sin embargo, en Tres anuncios... Hay dureza y brusquedad, si se quiere, pero al tiempo comprensión (y compasión) por los personajes.
Especialmente por esa madre coraje que encarna Frances McDormand, cara habitual en las películas de los Coen (de hecho, está casada con el mayor de ellos). Mildred, en sus manos, en manos de McDormand, se nos muestra como una mujer sin sofisticación pero con una gran determinación: conseguir que el crimen irresuelto de su hija adolescente, violada y quemada, no quede sin castigo. Su enemigo, o eso parece, es el cuerpo de policía del pueblo. Dirigido por el jefe de policía (Wooody Harrelson) y uno de sus hombres, en manos del cada vez mas histriónico Sam Rockwell.
McDorman ejerce de ogro bueno en
Tres anuncios..., pero el verdadero monstruo ayer en Venecia fue Michael Jackson revivido, en la gran pantalla, para un
Thriller en tres dimensiones. Todo empezó cuando Michael vio
Un hombre lobo americano en Londres ,de John Landis: entonces decidió que quería transformarse en un monstruo. Así lo explicó ayer el mismo Landis en el festival, donde presento la restauración que ha realizado de Thriller, transformado en 3D.
La restauración surge de un acuerdo económico con los herederos de Jackson y, también, “del deseo de ver ese vídeo en una gran pantalla con el añadido de las maravillosas posibilidades del sonido en una gran sala”.
“Cuando rodamos, Jackson tenía 24 años, pero parecía que tenía 18 años o incluso menos. Era un joven con una ética del trabajo enorme, decido a ser el mejor”, recuerda Landis.
La restauración pule la imagen y añade una tercera dimensión, y el nuevo Thriller suena bien pero, pese a lo que habían prometido sus impulsores, resulta prácticamente idéntico al original. El añadido del 3D, la gran novedad de la restauración de Landis, no aporta más que una ligera sensación de mareo para los más sensibles al 3D o la indiferencia de los demás.
De todas formas, el tamaño importa: ver a Michael Jackson multiplicado en la gran pantalla, en plena forma, bailando su clásico tema rodeado de sus zombis siempre resulta una experiencia gratificante para los muchos fans del cantante, fallecido en el 2009. La restauración en 3D del vídeo de Landis se acompaña de The making of Michael Jackson’s ‘Thriller’, de Kerry Kramer. Un documental de ensayos, encuentros, maquillaje, etcétera, que tampoco aporta nada nuevo.
El videoclip remozado no aporta nada más, como nuevo, que una ligera sensación de mareo