La Vanguardia

Nadal mete la directa

El balear se deshace del ucraniano Dolgopolov en tres sets

- CANDY RODÓ Nueva York. Servicio especial

El Rafa Nadal que llegó a Arthur Ashe para verse las caras con Alexandr Dolgopolov no fue el mismo Nadal de las tres primeras rondas, al que le costaba arrancar en los partidos y no marcaba diferencia­s con su derecha. Fue un Nadal muy distinto; el Nadal que es número uno del mundo.

El mallorquín apenas dio opciones al tenista ucraniano y se clasificó para cuartos de final del último Grand Slam del año. “He jugado un partido sólido, sin muchos errores”, explicó Nadal, que sólo cometió 11 errores no forzados, ante los 39 de su rival. “Dolgopolov es un jugador que puede meter unos golpes alucinante­s, pero que también puede ser un poco impredecib­le. Hoy metió unos tiros increíbles, pero también falló muchos otros. Yo me he concentrad­o en mi servicio”, explicaba el ganador.

A pesar de no haber metido muchos aces, Nadal fue muy eficaz con su servicio, sacando al cuerpo del rival. “No le dejé jugar desde una posición fácil –explicaba–. Le tiré más a su derecha, porque la devuelve cortada y le da menos oportunida­des de atacarme”, explicaba a pie de pista tras el encuentro.

Dolgopolov, de 28 años, llegaba al Abierto después de una temporada

en la que había tenido que retirarse de cinco torneos, aquejado de problemas en la cadera y el tobillo. Se había preparado a fondo para el Slam neoyorquin­o y, hasta su enfrentami­ento con el número uno, había tenido una buena actuación. Pero ante el mejor tenista del momento, poco pudo hacer el ucraniano, que sólo tuvo dos puntos de break en el primer set.

Nadal, que había dicho que quería poner a prueba sus sensacione­s con la derecha, se quedó con las ganas de comprobarl­as. “Con Dolgopolov es muy difícil tener una sensación –analizaba–. No puedes hacer una, dos, tres, cuatro bolas seguidas, porque él se la va a jugar antes. Yo estaba aguantando bien sus tiros y cuando podía cogía iniciativa. Al final, creo que el 6-2, 6-4 y 6-1 es un buenísimo marcador para octavos –decía satisfecho el campeón de Roland Garros–. Aunque todavía tengo un poquito de margen de mejora con el drive”.

Hoy miércoles Nadal se enfrentará en cuartos de final con el único adolescent­e que queda en el cuadro, Andrei Rublev, promesa del tenis ruso y, a sus 19 años, el más joven cuartofina­lista del Abierto desde Andy Roddick en el 2001. “Rublev es incómodo para todo el mundo, tiene un potencial alto, golpea fuerte, viene con mucha confianza y ha jugado partidos muy buenos. Yo tengo que jugar bien, con mi mejor tenis y con la intensidad alta”, explicaba Nadal.

El tenista moscovita, que se metió por primera vez entre los cien mejores a finales de junio y ya está en el número 59 del ranking, había eliminado a Dimitrov (séptimo cabeza de serie) en segunda ronda y a David Goffin (noveno) en octavos para jugar hoy con uno de sus ídolos. “A Rafa le tengo mucho respeto –dijo Rublev–, pero saldré sin nada que perder”. Sin embargo, Nadal no estaba de acuerdo con su evaluación. “Es joven, pero está en cuartos de final y tiene chance de meterse en semis de un Grand Slam por primera vez, o sea que sí tiene cosas que perder –puntualizó– . Rublev ya ha ganado muchos partidos en el circuito y viene jugando bien. No es un principian­te”.

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AL BELLO / AFP Rafa Nadal durante su partido de octavos de final

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