Siempre entre números
Los ministros de Hacienda y Empleo abordan los presupuestos del 2018 con Unai Sordo (CC.OO) y Pepe Álvarez (UGT)
Después del excepcional calendario de elaboración y aprobación de los presupuestos generales del Estado para este año, el Ministerio de Hacienda ya está inmerso en la confección de las cuentas del 2018.
La subida salarial de los funcionarios y el impulso del empleo de calidad, entre las exigencias sindicales
Después del excepcional calendario de gestación y aprobación de los presupuestos generales del Estado para este año, el Ministerio de Hacienda está inmerso de nuevo en la confección de unas cuentas, las del 2018. El departamento, con Cristóbal Montoro a la cabeza, enfila la recta final que les debe llevar a presentar el proyecto de ley en el Congreso de los Diputados antes del próximo 1 de octubre. Mientras prosiguen las negociaciones con los grupos parlamentarios que ya dieron su apoyo a los actuales presupuestos –Ciudadanos, PNV y nacionalistas canarios–, el ministro de Hacienda también trata de atender otros frentes. Por eso, Montoro, junto a su homóloga de Empleo, Fátima Báñez, abordó ayer el diseño de las cuentas del 2018 con los líderes de CC.OO. y UGT, Unai Sordo y Pepe Álvarez.
La reunión, calificada por fuentes gubernamentales de “discreta” y de “toma de contacto” por los sindicatos, sirvió para que ambas partes expusieran su visión sobre las líneas fundamentales que han de guiar los presupuestos. Sobre la mesa, la reivindicación de los sindicatos mayoritarios para que por fin se reflejen en distintas partidas la mejora que ha experimentado la economía en los últimos años. “Es el momento de que los presupuestos generales del Estado tomen otro rumbo”, resumen desde las organizaciones sindicales.
Para Hacienda, es un encaje de bolillos con el que cuadrar el objetivo de déficit, las peticiones de sus socios –Montoro ya anunció antes de vacaciones una rebaja parcial del IRPF para colectivos como los mileuristas– y otros factores como la presión de los empleados públicos para revertir los recortes que han sufrido desde la crisis. Los sindicatos consideran crucial una mejora salarial significativa de este colectivo –en el 2017, su salario ha subido un 1%– y son conscientes del mensaje que transmiten a la empresa privada. Fuentes de CSIF recuerdan que los empleados públicos han perdido hasta un 15% de poder adquisitivo y reclaman que cerrar esta brecha antes de que acabe la legislatura. También piden recuperar la jornada de 35 horas semanales. Además del empleo público, las reivindicaciones de CC.OO. y UGT pasan por poner el empleo “en el centro de los presupuestos”. Los sindicatos mayoritarios reclaman dotar de recursos las políticas activas de empleo, las ayudas para los desempleados –en especial, los de larga duración– e invertir en un cambio del modelo productivo, que impulse la industria.