El Tribunal de Justicia europeo avala el programa de reparto de refugiados
Los jueces comunitarios tumban los argumentos del Este para rechazar el plan
No hay excusas para no ayudar a Grecia e Italia a hacer frente al alto número de refugiados recibidos en los dos últimos años. El plan de emergencia aprobado por la Unión Europea para repartirse a 120.000 personas, “en clara necesidad de protección internacional”, es proporcional y conforme al derecho comunitario, sentenció ayer la Justicia europea, que desestimó en su totalidad los recursos interpuestos por Hungría y Eslovaquia. Tal y como estipula el programa, vinculante, todos los países deben participar.
Pensado para dos años, el plan está a punto de expirar y finalmente sólo ha beneficiado a alrededor de una cuarta parte de las personas previstas, en parte, por la falta de colaboración de algunos países, afirman los jueces europeos. Ni Hungría ni Polonia han aceptado por ahora ningún refugiado por esta vía. La República Checa acogió algunos al principio pero lleva un año cruzada de brazos. Los tres países han sido expedientados por este motivo por la Comisión Europea, que a la luz de la clara sentencia sopesa llevar el caso a los tribunales “en las próximas semanas”, dijo el titular de Inmigración, Dimitris Avramopoulos.
El fallo es relevante porque respalda la validez del novedoso mecanismo de emergencia y allana el camino hacia una auténtica política de asilo común. Aprobado en septiembre del 2015 en plena crisis migratoria, el programa debía aliviar la carga a Grecia e Italia, que cada día recibían a miles de personas en sus costas, e intentar que no siguieran por su cuenta el camino hacia el norte de Europa para, en cambio, repartirlas proporcionalmente entre el resto de estados miembros.
El Consejo (es decir, los gobiernos) aprobó el plan por mayoría cualificada, con el voto en contra de varios países del Este, entre ellos Hungría, Eslovaquia, República Checa y Rumanía. El recurso interpuesto por Budapest y Bratislava, apoyado por Varsovia, cuestionaba su base legal y el propio diseño del plan. Los jueces han rechazado sus argumentos. Según los tratados, las instituciones europeas pueden adoptar “todas las medidas provisionales necesarias para hacer frente de manera efectiva y rápida a una situación de emergencia” migratoria. Este objetivo “no podía alcanzarse recurriendo a medidas menos restrictivas”, sostiene la Corte.
La validez del plan, añaden los jueces, “no puede cuestionarse a partir de apreciaciones retrospectivas sobre su grado de eficacia”. Se diseñó basándose en las estadísticas de aquel momento y en diversas proyecciones y si el número de reubicaciones alcanzado ha sido tan bajo se debe en parte a “la falta de cooperación de determinados Estados miembros”, afirman en su sentencia.
El fallo, contra el que no cabe recurso, pone fin a la batalla jurídica pero no la política. Hungría, Eslovaquia y Polonia dejaron claro que su actitud hacia el plan de refugiados no ha cambiado y dieron a entender que no piensan cumplir con las cuotas asignadas a pesar de la sentencia. “Respetamos el veredicto”, dijo el primer ministro eslovaco,
Hungría, Eslovaquia y Polonia censuran la sentencia y advierten que no cambiarán de postura
Robert Fico, pero su posición contra el plan “no ha cambiado”, en línea con su homóloga polaca, Beata Szydlo. El ministro de Asuntos Exteriores húngaro, Peter Szijjarto, calificó la sentencia de “indignante e irresponsable” y se reafirmó en que pone en peligro “la seguridad de Europa”. La batalla, añadió, “no ha hecho más que empezar”. Hungría, Eslovaquia y Polonia seguirán haciendo frente común contra la propuesta para crear un mecanismo permanente de reparto de refugiados para casos de emergencias.