La dependencia tecnológica preocupa
Más del 60% de la población considera que el uso intensivo de internet en el móvil aísla y pone en riesgo la intimidad
El uso que hacen los españoles de internet cada vez es más intenso: cuatro de cada diez usa las redes sociales, las aplicaciones del móvil, lee prensa digital o ve fotos a diario. Pero esta familiaridad en su uso no impide que pervivan las actitudes apocalípticas sobre los riesgos y amenazas que acechan en la red.
Según el último estudio sobre Uso y actitudes de consumo de contenidos digitales publicado por el Observatorio Nacional de las Telecomunicaciones y la Sociedad de la Información (Ontsi), tres de cada cuatro españoles creen que el uso intensivo de internet en el móvil produce situaciones antisociales y de aislamiento, siete de cada diez están preocupados por la dependencia de la tecnología, y sólo dos de cada diez piensan que la privacidad y la intimidad están bajo control en internet. Además, más de la mitad de la población se muestra de acuerdo con la creencia de que el fácil acceso a la información y la sobreinformación producen una pérdida de reflexión en la gente.
El informe también pone de manifiesto que una parte importante de la población relaciona, cuando no confunde, el contenido digital con internet, lo que contribuye, según sus autores, a consolidar la percepción de la brecha tecnológica generacional. Con carácter general, el uso de contenidos digitales es más frecuente entre los jóvenes y disminuye según aumenta la edad. La población entre 16 y 24 años es la que más consume fotos digitales, redes sociales, películas, series y documentales, música y videojuegos. El segundo grupo de edad, entre 25 y 34 años, es el que más utiliza aplicaciones, lee prensa digital, mira y lee webs, foros y blogs, usa programas para compartir archivos y sigue cursos por internet. En cambio el consumo de libros electrónicos se concentra en la franja entre 35 y 54 años.
Y más allá de la edad, el consumo de contenidos digitales también está marcado por el sexo. Entre los usuarios hay más hombres que mujeres excepto en el caso de las redes sociales –donde están bastante igualados– y en la lectura de libros electrónicos, que usan un 25% de mujeres y un 22% de hombres. Las diferencias más acusadas se observan en el caso de los videojuegos –un 30% de hombres los usa, frente a un 17% de mujeres– y la lectura de prensa digital, donde hay una distancia de diez puntos a favor de los varones.
En todo caso, el contenido que más consumen los españoles independientemente de su edad y sexo son las fotos digitales, que un 72% asegura ver con frecuencia. Le siguen las aplicaciones móviles, que el 40% usa de forma diaria y otro 14% con una frecuencia semanal, y la lectura de noticias en internet, que el 48% lee a diario. Y la música y las webs, blogs y foros forman ya parte del ocio diario para más de una cuarta parte de los encuestados, porcentaje que aumenta entre los jóvenes.
Por otra parte, el análisis del Ontsi revela que el consumo de contenidos digitales está relacionado con el poder adquisitivo de las personas y la intensidad de uso aumenta a medida que lo hacen los ingresos familiares. De hecho, el mayor porcentaje de personas que no utilizan contenidos digitales se concentra en los hogares con ingresos inferiores a 900 euros mensuales (un 37,3%), y el más bajo (2,6%) en aquellos que disponen de más de 2.500 euros.
En este sentido, y a pesar de pervivir la asociación entre contenido de internet y gratuidad, cada vez son más las personas dispuestas a pagar por contenidos digitales. Uno de cada tres españoles admite haber pagado por algún contenido de digital en el último año. El aumento más significativo se produce en el caso de contenidos audiovisuales, por los que ha pagado un 19,5% de españoles. El segundo contenido por el que más personas pagaron fueron los libros electrónicos, seguidos de la música. A pesar de ello, hay un 31% de la población que rechaza cualquier forma de pago, y más de un tercio que sostiene que en muchas ocasiones no sabe si los contenidos que utiliza son legales o no.