Santa Coloma aplica la realidad virtual a la participación vecinal
Los vecinos pueden visualizar cómo quedará el paseo de la Salzereda en 3D antes de votar una opción
Los vecinos de Santa Coloma de Gramenet podrán escoger entre dos proyectos urbanísticos para el emblemático paseo de la Salzereda después de haber podido estar inmersos en ellos. Una posibilidad que hoy permite la realidad virtual, la tecnología que ha escogido el Ayuntamiento colomense para aplicar al proceso de participación ciudadana que dirimirá entre las dos propuestas presentadas.
Hasta el 16 de septiembre, una carpa instalada en el paseo más icónico de la ciudad, permitirá a los vecinos ponerse unas gafas de realidad virtual, conocer los proyectos como si ya estuvieran construidos y finalmente votar su favorito en una urna convencional.
La iniciativa sorprendió ayer a numerosos vecinos, que no salían de su asombro al sentirse absorbidos por el futuro. Las imágenes percibidas a través de las gafas 3D permiten al visitante experimentar y pasear virtualmente por lo que será el futuro paseo, aún por construir.
El que fuera el principal proyecto urbanístico del primer ayuntamiento democrático, que con los años ha acontecido el punto de encuentro más popular de Santa Coloma de Gramenet, lo que hoy se conoce como la fachada fluvial, paralela al cauce del Besòs, precisa una transformación. Para ello, el consistorio accedió en 2016 a una subvención de la Unión Europea, de la que aún quedan más de siete millones de euros que dedicarán a la remodelación del principal eje del barrio Sur, el pequeño ensanche colomense que transcurre entre el puente viejo de Santa Coloma y el de Can Peixauet, también mal llamado del Potosí.
Como detalló ayer la alcaldesa, Núria Parlón, todos los vecinos de la ciudad podrán decidir entre dos proyectos ya diseñados, que podrán visitar gracias a la realidad virtual. El primero propone una nueva distribución de espacios, presidida por un gran paseo junto al río, dejando la ciudad abierta y eliminando las actuales barreras de hormigón que antaño intentaban disimular la cloaca a cielo abierto que era el cauce del Besòs. Se configura así un espacio público con una nueva arboleda, zonas de juego y un paseo que no interrumpe ningún cruce de calles. La segunda propuesta, más continuista y conservadora, mantiene las actuales estructuras, la misma anchura de acera y una zona destinada a parque y paseo. Un modelo que no permite la conexión directa con el parque fluvial, pero que mantendría el espíritu de barrio que reivindican algunos de los vecinos.