Stanley Fischer, vicepresidente de la Reserva Federal, dimite por sorpresa
El vicepresidente y miembro de la junta de gobernadores del sistema de la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos, Stanley Fischer, presentó ayer su dimisión de manera inesperada, aludiendo a “razones personales”, según informó la entidad a través de un comunicado. Fischer, de 73 años, desempeñaba este cargo desde mayo del 2014 a propuesta del entonces presidente del gobierno estadounidense, Barack Obama. Su renuncia se produce en el momento en el que la Fed trata de subir gradualmente los tipos de interés, ya en el 1,25%, para volver a una senda más acorde con una economía que crece y tiene una tasa de paro inferior al 5%.
Fischer señaló en una nota remitida al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que “ha sido un privilegio servir a la Fed y especialmente, trabajar junto a Janet Yellen”, y añadió que durante su etapa en la entidad financiera central la economía “se ha fortalecido y ha creado millones de empleos”. Ni una sola crítica pública a Trump ni a su indisimulada intromisión, desde mucho antes del inicio de su mandato, en la labor del banco central.
La presidenta de la Fed, Janet Yellen, que podría ser la próxima en abandonar, indicó estar totalmente “agradecida por la amistad y servicio de Fischer, cuyas ideas han sido ejemplares y vitales en la ejecución de la política monetaria del banco”. La Reserva Federal celebrará su reunión del comité de mercado abierto, donde se fija la política monetaria, la próxima semana. Hasta hace poco, parecía que la Fed tenía muy despejado el camino para nuevas alzas de los tipos de interés. Ahora, en cambio, los analistas se muestran más cautelosos y creen que el próximo movimiento se hará esperar un poco.