“Toda la esencia de Barcelona está en esta calle”
Políticos, periodistas y literatos, de García Lorca a Itziar González, han escrito sobre la Rambla
No habrá muchas calles en el mundo que hayan recibido tantas letras como la Rambla. Poetas, novelistas, periodistas o políticos han dejado sus impresiones sobre ella, que ha sido escenario de alegría y violencia y por el que transitan gentes de todo pelaje. Tras los atentados del 17-A, se han recuperado algunos textos, como los versos de García Lorca, pero otros muchos han dejado su visión. Incluso la arquitecta Itziar González, que ahora debe vislumbrar cuál será su futuro.
En 1972, Alexandre Cirici i Pellicer escribió su Barcelona Pam a
Pam. En él se definía la Rambla como “el paseo de los barceloneses”. En el año 2012, Comanegra reeditó el volumen, que iba acompañado de otro titulado Per no
perdre peu, en el que se actualizan los comentarios de Cirici y que hoy cobra especial interés porque son los apuntes efectuados por Itziar González, a quien el Ayuntamiento ha encomendado ahora la remodelación del paseo. Allí podemos leer: “La Rambla continúa siendo un espacio emblemático y que está en boca de todo el mundo, ya sean barceloneses, ya sean visitantes o turistas. Los primeros se muestran preocupados por la lenta y ya imparable decadencia y vulgarización del paseo, totalmente abocado al turismo durante el día y a la actividad económica ilegal durante la noche”. González añade a su diagnóstico “una pasarela de actividades ilegales que queda banalizada y tolerada por una Barcelona que ya no vive en Ciutat Vella”. La arquitecta asegura que se trata de “un área estratégica de la ciudad que ha de mejorar”, y define que a pesar de las dificultades es un “paseo patrimonio del mundo”.
Todos los libros y guías que se han escrito sobre Barcelona sitúan en lugar principal la Rambla. La glosó Luis Almerich en su monografía histórica sobre la calle, publicada por las Ediciones Librería Millá en 1945, y en la que se dice que desde el siglo XVIII es “la arteria gala y orgullo de la ciudad. (…) que se convierte en eje de la vida de relación de barceloneses y forasteros”. Carles Soldevila, en
Barcelona, (Destino, 1951), que ya mencionaba su degradación, expresa que, cuando “un extranjero recordaba a Barcelona, lo primero que decía era: “Oh, aquella Rambla!”
Más mundana es la visión que nos aporta el periodista Josep Maria Planes en Nits de Barcelona,
“La Rambla es el final obligado de las noches de Barcelona”, dijo en un libro el periodista Josep Maria Planes
aparecido en 1931 y reeditado por Proa en 2001. El reportero y escritor se explaya: “La Rambla es el final obligado de las noches de Barcelona. (…) Si en lugar de ser una calle fuera una señora, sospecho que yo sería uno de aquellos enamorados que no se sabrían mover de su lado, pero que no podría decirle unas palabras adecuadas”.
La de Planas es una historia terrible, pues en la Guerra Civil fue asesinado por la FAI. Como también fue asesinado por los franquistas Federico García Lorca, el poeta y dramaturgo andaluz amante de Barcelona. Poco antes de que le convocara la muerte, el 22 de diciembre de 1935, el escritor pronunció una conferencia en el Majestic en honor de las floristas de la popular calle, donde dijo: “Se dice, y es verdad, que ningún barcelonés puede dormir tranquilo si no ha paseado por la Rambla por lo menos una vez, y a mi me ocurre otro tanto estos días que vivo en vuestra hermosísima ciudad. Toda la esencia de la gran Barcelona (…) está en esta calle que tiene un ala gótica (…) y otra ala abigarrada, cruel, increíble, donde se oyen los acordeones de todos los marineros del mundo y hay un vuelo nocturno de labios pintados y carcajadas al amanecer”.