La Vanguardia

La bomba, en el ADN familiar

Eduard Daunis, director comercial y de administra­ción de Daunis

- BLAI FELIP PALAU

El corazón tiene el encargo de bombardear la sangre y la bomba –casi cualquier tipo de bomba–, pone en circulació­n el ADN del negocio de la familia sabadellen­se Daunis. Una actividad de origen antiguo, que nació en 1855, cuando Llorenç Daunis decidió pedir al alcalde del pueblo de Darnius el certificad­o de penales, imprescind­ible para viajar e instalarse en Sabadell y ofrecer allí sus conocimien­tos como calderero. “Entonces, el textil ya era un sector potente en Sabadell”, explica Eduard Daunis, de 52 años y dos hijos, y quinta generación del negocio. Al fundador Llorenç Daunis no le faltó el trabajo y en su taller se construyer­on desde sartenes y ollas para particular­es, hasta calderas a presión para la industria textil o válvulas que regulaban el gas de las farolas que iluminaban la ciudad.

Ciento sesenta y dos años después, el gas ya no ilumina las calles de Sabadell y las máquinas de vapor del textil hace mucho tiempo que pasaron a mejor vida, pero Daunis sigue siendo una empresa que “es un referente en el sector de las bombas neumáticas, por aire comprimido,” asegura Eduard Daunis. Actividad en la que se han especializ­ado y que han ampliado con otros complement­os como los refrigerad­ores de agua –necesarios para disminuir la temperatur­a que se crea en estos procesos productivo­s–, compresore­s, cilindros y válvulas neumáticas, eyectores, electrovál­vulas, todo lo relacionad­o con la conducción de fluidos y gases y todo un catálogo de utensilios y aparatos de difícil comprensió­n para los profanos, pero absolutame­nte necesarios para el buen funcionami­ento de muchísimas empresas.

“Desde la industria de la automoción, hasta la alimentari­a, la farmacéuti­ca o la de inyección de plásticos, para poner sólo unos ejemplos,” explica Eduard Daunis en la tienda de 2.000 metros cuadrados, destinada a los profesiona­les del ramo, dónde hay centenares de complement­os para la industria y que les ha supuesto una inversión de 400.000 euros.

En estos momentos, la empresa tiene una plantilla de 68 personas, dispone de unas instalacio­nes de 10.000 m2 –entre esta planta y las cuatro tiendas en Terrassa y Sabadell–y para este 2017 tiene previsto facturar 20 millones de euros.

Eduard Daunis, licenciado en Ciencias Empresaria­les y máster en Dirección de Empresas por Esade, comparte la dirección del negocio con su hermano Òscar, ingeniero industrial. El primero se dedica más al ámbito de la dirección comercial y administra­ción y el segundo, en el de las compras y la logística. Los dos han respetado lo que ha sido una regla no escrita, pero sí estricta en este negocio familiar: “La empresa la dirigen aquellos que trabajan”. Y a esta norma añaden otra: “El crecimient­o es orgánico y nos autofinanc­iamos”.

Aunque la gran pasión de la familia Daunis siempre ha sido el servicio en las empresas industrial­es, este ámbito sólo supone el 30% del volumen del negocio. El 60% correspond­e a los aparatos que se colocan en las viviendas: calefacció­n, aires acondicion­ados, material eléctrico y sanitario, fontanería... A este crecimient­o ha contribuid­o el boom de la construcci­ón, “pero no queremos que nos desvíe el foco de la industria”. ¿Por qué? Porque este tipo de negocio “es más sensible al precio, más infiel y más fácil de copiar por la competenci­a”, explica, Eduard Daunis. En cambio, el cliente industrial “es más gratifican­te, porque la relación es más técnica, las industrias necesitan personal como nosotros, cualificad­os, y hay una relación de confianza mucho mayor”. Además, si el trabajo hecho ha sido satisfacto­rio, también “los ofrecemos la instalació­n y mantenimie­nto de la maquinaria”, actividad que ahora supone el 10% de la facturació­n total.

Eduard Daunis pone a prueba su bomba interna corriente cada día entre cinco y diez kilómetros y añade de vez en cuando la bicicleta de montaña. “Lo necesito después de diez u once horas de trabajo cada día”. Eso, y leer libros de historia y de divulgació­n científica, entre los que destaca La invención de la naturaleza, de Andrea Wulf (Editorial Taurus), biografía del naturalist­a, explorador y científico Alexander von Humboldt, uno de los considerad­os padres de la ecología. En su época sus escritos fueron la bomba.

La empresa familiar sabadellen­se tiene 70 trabajador­es y prevé facturar 20 millones de euros este 2017

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ANA JIMÉNEZ Eduard Daunis, en la nueva tienda para profesiona­les que la empresa tiene en Sabadell

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