Puigdemont fía el futuro del 1-O a la respuesta en la calle
El president garantiza que “nadie romperá la convivencia” en Catalunya El independentismo arranca con la Diada la campaña del referéndum
La de hoy “no es una Diada cualquiera”. No porque lo diga el presidente de la Generalitat en su mensaje institucional con motivo del Onze de Setembre sino porque el independentismo sabe que tras el espectáculo parlamentario de la aprobación de las leyes de desconexión la legitimidad a la que se aferra para poner las urnas el 1 de octubre tiene su principal argumento en la calle. La sucesión de manifestaciones masivas con motivo del Onze de Setembre desde el 2012 ha ido blindando la apuesta soberanista frente al quietismo del Gobierno central y, hoy, con el Govern y la mayoría del Parlament desobedientes ante el Tribunal Constitucional, se pretende ofrecer otra lección de movilización que sirva de preámbulo para el referéndum.
Hasta el 1-O quedan veinte días de tensión y conflicto político, judicial y policial donde la convivencia en Catalunya se pondrá a prueba. Es el reto inmediato de Carles Puigdemont. El president está decidido a que “nada ni nadie rompa la convivencia en Catalunya” y ayer, en su mensaje institucional de la Diada, se esforzó en subrayar que es el “valor más preciado” de la sociedad catalana que, “siempre ha rechazado la guerra y la violencia, venga de donde venga, y que cree en el diálogo como método para resolver los problemas”. “Repito, no permitiremos que nada ni nadie rompa la convivencia en Catalunya”.
El despliegue notificador del Constitucional, las querellas de la Fiscalía y la Guardia Civil registrando una revista en busca de material del 1-O han movilizado a los alcaldes soberanistas y puesto bajo el foco a los que han decidido mantenerse al margen de la convocatoria. Las protestas del viernes frente a esos ayuntamientos o del sábado en Valls ante los agentes de la Benemérita son un aperitivo de lo que vendrá en los próximos días.
Así que la Diada se ha convertido en el principal acto de campaña del referéndum convocado por el Govern. Más de 400.000 inscritos para participar en la manifestación organizada por la Assemblea Nacional Catalana en el centro de Barcelona bajo el lema “La Diada del Sí” son el cojín del Ejecutivo catalán para mantener su apuesta y evitar disidencias ante el envite judicial.
Puigdemont revindicó que el referéndum es “legal de acuerdo con las leyes que ha aprobado el Parlament de Catalunya, sede de la soberanía popular”, y reafirmó su desobediencia y la de sus consellers ante cualquier decisión que pueda tomar el Constitucional: “Sólo el Parlament de Catalunya puede inhabilitar el Govern que yo presido. No hay ninguna otra instancia judicial o política que pueda hacerlo”.
El mensaje institucional también sirvió para justificar la vía elegida para amparar una convocatoria unilateral. De hecho, Puigdemont subraya que la voluntad de su Ejecutivo era un referéndum pactado con el Estado, como el celebrado en Escocia, pero argumenta que “no ha sido posible porque el Gobierno español ha rechazado todas las peticiones de pacto que le hemos hecho llegar”. “Ni siquiera ha querido hablar”, aunque en lo que se escuda el president es en que Mariano Rajoy “tampoco ha puesto sobre la mesa ninguna propuesta alternativa que permita una salida diferente”.
Pese a todo, y mientras la Fiscalía ha dado órdenes a la Policía Nacional, la Guardia Civil y los Mossos para que persigan cualquier actuación encaminada a la organización del referéndum, Puigdemont aseguró que el Govern “ya lo tiene todo a punto”, que la convocatoria tendrá “todas las garantías” y que los catalanes podrán votar “como siempre, con plena normalidad”. Al reafirmar la supuesta normalidad de la cita, el president busca movilizar a los hipotéticos defensores del referéndum pero contrarios a la independencia, aunque el bloque soberanista sigue sin encontrar un cabeza de cartel para ese debate más allá del podemita Albano-Dante Fachin. Puigdemont subrayó que “las urnas son para todos, para los que quieren una Catalunya independiente y para los que legítimamente quieren continuar formando parte de España”. “Las urnas unen, no dividen, porque en las urnas cabe todo el mundo. Lo que divide, lo que degrada la democracia es no dejar votar”.
El Govern entiende que el espacio político que representan Catalunya en Comú, la formación de Ada Colau, debería comulgar con ese discurso pero tanto la alcaldesa como su coordinador, Xavier Domènech, se resisten a dar al 1-O un carácter que vaya más allá del de movilización ciudadana. Domènench no estará hoy en la manifestación que considera “enfocada claramente al sí”, ni su formación se implicará en la campaña oficial del referéndum. De hecho, hoy en un acto con Pablo Iglesias en Santa Coloma lanzarán su propuesta de Estado plurinacional y en defensa de “una Catalunya soberana, diversa y valiente”. Es su vía para evitar ser engullidos por el relato del independentismo, pero situaciones como el registro en El Vallenc les obliga a posicionarse en defensa de la libertad de expresión. Unos registros denunciados por el PDECat y ERC en la Comisión Europea.
EL MENSAJE INSTITUCIONAL Puigdemont dice que “está todo a punto para votar” y que las urnas “unen, no dividen” LA MOVILIZACIÓN La convocatoria de la ANC en el centro de Barcelona supera los 400.000 inscritos LA ESTRATEGIA Turull presiona a los comunes: “ayudas a votar o ayudas a impedirlo” LA CONFESIÓN Rivera admite en privado que Rajoy lo tiene “muy jodido” para evitar el 1-O
Ese es el flanco por el que atacó ayer el conseller de Presidència al dividir entre los que “ayudan a votar” y los que “ayudan a impedirlo”. Es, dijo, “lo que cada uno se tiene que preguntar” de cara al 1-O.
El Gobierno del PP se siente ya “cargado de razones” para adoptar medidas políticas más drásticas, sabedor de que cuenta con el apoyo del PSOE y Ciudadanos, y el PP catalán garantiza que el “quinquenio negro de la confrontación llegará pronto a su plazo”.
Los magistrados del Constitucional han abierto el debate sobre su capacidad para poner en marcha suspensiones temporales de los responsables del referéndum. En cualquier caso, se espera que la actuación por la vía penal, con la Fiscalía al frente, se endurezca tras la manifestación de hoy y obtenga resultados. No obstante, igual que el Go- vern da por hecho que mañana “quitarán el freno de mano”, en el frente contrario al referéndum también hay dudas sobre la capacidad de las instituciones para evitar que haya urnas en las calles sin provocar un problema de órden público. Es lo que reflejaba Albert Rivera en una conversación que un micro abierto dejó al descubierto: “Hay que ser justos, lo tienen muy jodido para impedirlo. Será a posteriori”.