La Vanguardia

En las listas de las FARC se cuelan 25 narcos en busca de impunidad

- BOGOTÁ Enviado especial

El proceso de paz en Colombia es polémico y accidentad­o. El diario El Tiempo reveló ayer que 25 capos del narcotráfi­co han logrado colarse, previo pago de una fuerte cantidad de dinero, en las listas de combatient­es y prisionero­s que la ya exguerrill­a de las Fuerzas Armadas Revolucion­arias de Colombia (FARC) presentó al Gobierno. El objetivo de esta astuta treta sería beneficiar­se de la virtual amnistía y lograr, por tanto, la impunidad para sus crímenes y evitar su casi segura extradició­n a Estados Unidos, donde pasarían largos años de cárcel.

La exclusiva de El Tiempo, el principal diario colombiano, se produjo justo en el último día de la visita de Francisco al país sudamerica­no, durante la cual el Papa ha insistido en consolidar la reconcilia­ción nacional mediante la generosida­d y el perdón.

En la lista de 25 “colados” –así les llaman aquí– predominan los colombiano­s, pero también hay mexicanos y ecuatorian­os. Aparecen capos de organizaci­ones como el cartel del Golfo, los Rastrojos, las Águilas Negras y la Constru. Según el alto comisionad­o para la paz, Rodrigo Rivera, los filtros establecid­os por el Gobierno, en estrecha colaboraci­ón con la agencia antidroga estadounid­ense (DEA), detectaron a esos narcos entre los falsos candidatos a beneficiar­se de la desmoviliz­ación de las FARC y su conversión en partido político. Existen otros 352 casos sospechoso­s. Se está investigan­do si los narcotrafi­cantes, con la ayuda de abogados, han llegado a pagar 5.000 millones de pesos (alrededor de 1,4 millones de euros) por cabeza para que los camuflaran en las listas elaboradas por la exguerrill­a.

Entre los colados desenmasca­rados figura el mexicano Irineo Sánchez Romero, de 31 años, un hombre de largo historial delictivo, a quien se atribuye la tarea de enlace con los carteles de los Sinaloa y los Zetas. También sale el nombre de Eduardo Cabrera, alias El cura, hermano de uno de los dirigentes del futuro partido de los antiguos guerriller­os. A Cabrera, la DEA lo acusa de enviar cada mes 1.500 kilos de cocaína a Estados Unidos.

La situación es compleja y delicada para el proceso de paz, pues pone en evidencia sus flancos débiles y da la razón a los críticos, entre los que sobresale el expresiden­te Álvaro Uribe, quienes insisten en que se han hecho demasiadas concesione­s y se ha regalado excesiva impunidad.

Las FARC entregaron listas con 14.088 nombres. De ellos el Gobierno sólo ha podido acreditar el estatus de 11.284 con derecho a beneficiar­se de las condicione­s pactadas.

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