Los inquilinos de Bori i Fontestà vuelven a casa
Salvo los inquilinos de los tres pisos más afectados, el resto de vecinos de los números 21 y 23 de la calle Borí i Fontestà de Barcelona, donde el sábado se desplomó un balcón, pudieron volver a sus casas ayer por la tarde.
Una vez retirados los escombros, los bomberos autorizaron la vuelta de las familias menos en los casos en que no puede asegurarse el cierre de las ventanas que dan a los balcones siniestrados. En estos casos, durante la tarde de ayer, los bomberos acompañaron a los inquilinos a sus domicilios para que pudieran recoger las pertenencias más necesarias.
Según informaron fuentes municipales, la guardería ubicada en los bajos de uno de los bloques podrá abrir el martes aunque se ha cerrado la zona del patio que resultó ligeramente dañada al caer los escombros. También el supermercado ubicado en el otro bajo podrá abrir con normalidad el martes.
Sobre las causas del derrumbe del balcón, que se llevó por delante dos balcones más y acabó dañando la fachada posterior de ocho pisos, cobra fuerza el mal estado del material, que sufría alguna patología. Descartado cualquier tipo de explosión, el peritaje acabará determinando también si el efecto de un rayo, que algunos vecinos aseguran que cayó unas horas antes, pudo haber contribuido a que el balcón cediera.