Paz Vega, sed de comedia
La actriz ejerce de mujer salerosa en ‘La vida inmoral de la pareja ideal’, de Manolo Caro
Cuando se pregunta a un actor más o menos versátil qué género prefiere o le resulta más cómodo, la comedia o el drama, la respuesta es casi siempre la misma: los dos por igual. Se diría que ningún intérprete quiere cerrarse puertas al optar públicamente por un solo registro. Paz Vega tampoco quiere encasillarse, pero sí que admite abiertamente su actual inclinación a la comedia, su sed de humor. La actriz sevillana despliega de hecho su vis cómica en la película mexicana La vida inmoral de la pareja ideal, dirigida por Manolo Caro y estrenada en España el pasado viernes.
“Lo que quiero sobre todo es no aburrirme”, explica la intérprete recién retornada a España después de más de un decenio en América. “Cuando enlazo dos o tres dramas seguidos, ya estoy deseando que me llegue una comedia”, añade en conversación telefónica durante la promoción de La vida inmoral…, que es el filme que vino a proporcionarle ese descanso de lo trágico tras haber rodado, también en México, la serie televisiva “y oscuro thriller” La Hermandad.
“Es que la comedia me encanta –reitera–, y en este momento me gustaría retomarla otra vez”. Es decir, que la cinta ahora en cartel no le basta para saciar esa necesidad de divertirse y tratar de divertir al espectador. Tiene que ver con ello el hecho de que apenas hayan pasado tres meses desde que terminó su trabajo en Perdóname Señor, un dramón donde ella encarnaba a una monja luchadora y con el que Telecinco obtuvo buenos resultados de audiencia pese a unas críticas no demasiado favorables.
Ahora, la que fue actriz revelación en el 2001 y ganadora del Goya correspondiente por Lucía y el sexo se dispone a rodar una serie más, Fugitiva, para Televisión Española. Es la historia de “una mujer que se ve obligada a huir junto a sus hijos de un marido peligroso y maltratador”. explica. Un enunciado que recuerda rápidamente al caso Juana Rivas, la madre granadina que se escondió durante más de un mes con sus hijos para evitar que volvieran con su padre, un italiano condenado por malos tratos. Vega aclara que este hecho real no tiene mucho más que ver con el argumento de Fugitiva, pero no deja de aprovechar ese punto común para denunciar la “increíble injusticia” de unas leyes como las que han obligado a Juana a devolver sus niños a un padre con tales antecedentes.
Paz Vega también tiene en perspectiva regresar a Los Ángeles –su hogar en los últimos años– para retomar la serie de Netflix The OA en su segunda parte. Y pronto estrenará el largometraje Stoic, donde comparte reparto con Antonio Banderas.
Pero ahora Vega anda concentrada en empujar La vida inmoral…, cuya factura y trama de enredos seguramente gustarán más al público que a los especialistas. La película de Caro, considerado el Almodóvar mexicano, sitúa a la sevillana en el papel de esposa embarazada que juega a ser actriz –la ilusión de su vida– dentro de la farsa montada entre un hombre y una mujer que se reencuentran 25 años después de haber vivido un ardoroso amor adolescente.
El personaje de Paz Vega no se corta a la hora de decir lo que piensa o se le ocurre y es inequívocamente andaluza además de algo loca. Ella asegura que lo de hacer de española siguiendo todos los clichés no le molesta e incluso le agrada: “Es una ventaja. No son sólo clichés, sino señas de identidad. Y siempre que eso encaje con el personaje y aporte algo, ¿por qué no utilizarlo?”.
“Cuando enlazo dos o tres dramas seguidos, ya estoy deseando que me llegue una comedia”, dice la actriz