Recuperar afiliados
La renovación de cúpulas y la revisión de sus estructuras y funcionamiento se han ido imponiendo en los sindicatos mayoritarios en España, CC.OO. y UGT. Las organizaciones que hoy lideran Unai Sordo y Pepe Álvarez han tenido que buscar caminos para mejorar en transparencia, rendición de cuentas, igualdad entre hombres y mujeres... Todo ello, con el objetivo básico de mantener su rol como representantes de los trabajadores, y luchar contra la pérdida de apoyos en un país con un nivel de afiliación ya tradicionalmente bajo. Los sindicatos mayoritarios asociaron la caída de la afiliación que han padecido a la destrucción de empleo causada por la crisis económica. Sin embargo, a nadie se le escapa que también se han visto afectados por la sombra de escándalos de corrupción y, en general, por la desconfianza de parte de la población hacia instituciones de larga trayectoria. Ahora, aseguran, al menos han frenado la caída. Y buscan volver a crecer. A 31 de diciembre del 2016, el sindicato que dirige Sordo desde hace apenas un par de meses contaba con casi 910.000 afiliados (el 3,6% tenía hasta 29 años y otro 35,5%, de 30 a 44). En el 2009, superaban los 1,2 millones de afiliados. UGT mantuvo los 1,2 millones de afiliados hasta el 2011; el año pasado, por primera vez desde entonces, mejoraron la afiliación –son 931.000–. En las empresas, han de competir con otros sindicatos, que les restan cuota. Según CC.OO., en el 2016 tenían más de 95.000 delegados, el 35,9 % del total –dos puntos menos que en el 2011–, mientras que el 32,5% era de UGT.