El sí toma la calle
Cientos de miles de personas se manifiestan por sexta vez en favor de la independencia Puigdemont avisa que la única manera de evitar el 1-O es pactarlo y pide a Rajoy que negocie Los líderes de Catalunya en Comú optan por un acto con Iglesias y no van
Cientos de miles de personas (un millón, según la Guardia Urbana) se manifestaron ayer en Barcelona para pedir la independencia. Es el sexto año consecutivo que se vive una Diada multitudinaria, esta vez en vísperas del referéndum convocado por el Govern para el 1-O y prohibido por el Constitucional.
“Tenemos la fuerza de la gente”, presumía ayer el presidente de la Generalitat. El centro de Barcelona quedó desbordado por cientos de miles de personas –un millón, según la Guardia Urbana, 350.000, para la Delegación del Gobierno central– que defendían el sí a la independencia en un referéndum convocado, suspendido y reafirmado desde la desobediencia del Govern y el Parlament a la legalidad constitucional.
La de ayer fue la Diada del Sí ,la sexta manifestación consecutiva un Onze de Setembre sin que haya una respuesta política del Gobierno central. Por eso, el reto del independentismo va ya más allá de llenar las calles: se trata de lograr votar el 1 de octubre y hacerlo masivamente en busca de una legitimidad más allá del actual marco estatutario.
Enterrado el espectáculo parlamentario de la semana pasada, la ANC dispuso la escenificación de un signo positivo en el corazón de Barcelona, por el que recorrieron pancartas gigantes del “Sí” que confluían con los lemas “Referèndum és democracia” y “Pau i Llibertat”. Se trataba de ganar la calle “a pesar de las amenazas”, dijo el presidente de la ANC, Jordi Sànchez, y de exhibir el compromiso del Govern con las urnas como una fiesta. Sin incidentes, sin platos rotos.
En la Moncloa, Mariano Rajoy no sólo admite que se trata del principal reto que debe afrontar su Ejecutivo, sino que, al acudir al Constitucional, argumenta que la convocatoria de un referéndum en Catalunya es “la mayor afrenta y amenaza a la destrucción de las normas de convivencia que la sociedad española se dio en el año 1978”. Así se expone en el último recurso presentado. El Alto Tribunal se reunirá hoy para sumar la ley de Transitoriedad a la ley y la convocatoria del Referéndum suspendidas a instancias del Gobierno y se agilizarán las notificaciones previstas apercibiendo al Consell Executiu, la Mesa del Parlament, decenas de altos cargos del Govern y todos los alcaldes de Catalunya del riesgo de incurrir en delitos penales si se colabora en la organización del referéndum. Desobediencia, prevaricación, malversación de fondos públicos…
La Fiscalía General del Estado ha citado para esta mañana a los jefes de la Policía Nacional y la Guardia Civil en Catalunya y al major de los Mossos, Josep Lluís Trapero, para comunicarles personalmente las instrucciones para impedir la votación del 1-O.
El peso de la respuesta del Gobierno se vehicula por la vía judicial, ante la que el independentismo se declara insumiso. Puigdemont proclamó que sólo el Parlament puede inhabilitarle a él y su Govern, y en el argumentario soberanista se extiende desde ayer el convencimiento de que “no podrán encarcelar a un millón y medio de personas”. “No tengo miedo a que me detengan”, avanzó Puigdemont. “Eso no se va a a producir”.
Para el president, renunciar al referéndum “no es una opción”, aunque en las últimas horas se ha puesto en juego el mensaje de que hay tiempo de negociar hasta el último minuto. Incluso el líder de la ANC aseguró que sería “el primero en aplaudir” si se abriera una negociación antes del 1 de octubre que dejara en suspenso el referéndum.
Pero en el frente político, Rajoy se mantiene en los mismos parámetros: “Lograr más crecimiento y empleo, acuerdos para una mejor financiación autonómica, y que prevalezca el Estado de derecho”, tuiteó. Iba a la estela de un informe de Moody’s en el que se advierte que la independencia de Catalunya tendría implicaciones negativas para el perfil del crédito de España. La agencia sostiene que “la mejor solución sería satisfacer algunas de las principales demandas de Catalunya”, como la financiación.
Rajoy cuenta con el apoyo explícito del PSOE y Cs, aunque no exento de críticas. Rivera optó por ridiculizar al presidente de la Generalitat, mientras Pedro Sánchez estará hoy en Barcelona dando apoyo al poder local socialista, que, como Núria Marín en l’Hospitalet, ha reclamado en persona a Puigdemont que “dejen tranquilos a los alcaldes”. Sánchez ha impulsado una comisión en el Congreso para revisar el modelo territorial y disputar la alternativa en Catalunya por la izquierda con Podemos. Pablo Iglesias gritó en Santa Coloma “Viva Catalunya libre y soberana”, aunque su objetivo era lanzar un llamamiento a socialistas y republicanos, pero también al PDECat, para forjar la alianza que permita echar al PP.
El Govern y el Ayuntamiento buscan alternativas para hacer posible la votación en Barcelona La Fiscalía cita a todos los jefes policiales, incluido Trapero, para darles instrucciones sobre el 1-O
Otra batalla es la que libra Ada Colau, ayer ausente en la manifestación, aunque sí participó el teniente de alcalde Gerardo Pisarello. Más allá de la negativa de los alcaldes metropolitanos del PSC –también los de Tarragona y Lleida– a participar en la organización del referéndum, Barcelona es clave en la estrategia independentista para vender el 1-O en las cancillerías extranjeras. Colau condicionó la colaboración del Ayuntamiento a contar con garantías para los funcionarios, aunque manifestó su disposición a facilitar que se pueda votar, pero la presión aumenta tanto desde el bloque independentista como desde el Gobierno central.
En su ofrenda en el monumento a Rafael Casanova, Colau escuchó gritos de “votarem”, así que en el acto organizado por Catalunya en Comú junto a Iglesias sacó los codos: acusó a JxSí de “dejar fuera y atrás a la mitad del pueblo de Catalunya” con un referéndum unilateral, desautorizó a los “señoritos de Convergència” a la hora de “dar lecciones sobre la defensa de derechos sociales”, y condenó las “amenazas” de Rajoy y su Gobierno “demofóbico”.
“Al final haréis lo que queráis”, vino a decirle Puigdemont a Marín y Colau a los pies del monumento, con el convencimiento de que los discretos contactos que se están llevando a cabo con el Consistorio para desencallar la situación en Barcelona permitirá que haya suficientes locales de votación.
Lo que arrancó ayer fue la campaña de movilización permanente de partidos y entidades independentistas hasta el 1-O y, aunque la banda sonora oficial sea de Els Amics de les Arts, El seu gran hit fue de la Trinca, con un tema remasterizado para la desconexión: Passi-ho bé i moltes gràcies…