Los abogados aconsejaron a Trump despedir a su yerno
La investigación del Rusiagate amenaza al asesor Kushner
Los letrados temen que el presidente pueda verse comprometido por los contactos de su asesor con extranjeros
Varios miembros del equipo de abogados contratados por Donald Trump para defenderle de cualquier acusación que pueda plantearse a partir de la investigación del Rusiagate aconsejaron al presidente de Estados Unidos que destituya a su yerno, Jared Kushner, como asesor principal con despacho en la Casa Blanca. El argumento de estos asesores legales señalaba que los contactos de Kushner con autoridades rusas antes y después de las elecciones podrían acabar comprometiendo al presidente.
Un fiscal especial independiente, Robert Mueller, dirige una amplia investigación para descubrir si existió una confabulación del equipo de campaña de Donald Trump con las autoridades rusas que presuntamente dirigieron los ciberataques y las interferencias en las elecciones presidenciales del 2016 para favorecer al candidato republicano.
Según The Wall Street Journal, que fue el medio que adelantó la noticia, los abogados plantearon la conveniencia de que Kushner renunciara a su cargo el pasado mes de junio y llegaron a elaborar una estrategia y redactar una declaración pública que diera la versión más positiva de la dimisión. Sin embargo, Jared Kushner permanece en su puesto por varias razones. Una es que no todos los abogados compartieron esa opinión. Otra, que Trump se opuso a la destitución convencido de que su yerno “no había hecho nada malo”, y una tercera, que la destitución de Kushner habría aumentado la sensación de caos en la Casa Blanca y habría dejado al presidente sin su asesor de mayor confianza en pleno vendaval de destituciones de altos cargos. Han caído, entre otros de menor importancia, el jefe del gabinete, Reince Priebus; el jefe de Estrategia, Steve Bannon; el portavoz, Sean Spicer, y el nuevo jefe de Comunicaciones, Anthony Scaramucci, que apenas duró diez días.
Kushner ocultó primero sus relaciones con los rusos cuando se sometió a la verificación de seguridad previa a la asunción del cargo en la Casa Blanca, pero luego se vio obligado a realizar nuevas declaraciones complementarias para admitir que se había reunido al menos cuatro veces con dirigentes rusos, entre ellos el embajador Sergéi Kislyak y el jefe de un banco ruso vinculado al Kremlin y que formaba parte de las empresas sancionadas por EE.UU. como represalia a la anexión de Crimea y el hostigamiento a Ucrania.
Kushner siempre ha negado la existencia de coordinación alguna con los rusos. “No estuve en connivencia, ni supe de nadie de la campaña que conspirara con ningún gobierno extranjero”, escribió Kushner en una declaración de julio. Ahora se ha sabido que en varias actualizaciones ha reconocido contactos con un centenar de funcionarios extranjeros. Los abogados partidarios de su dimisión creen que si, por ejemplo, Kushner mencionó la investigación –incluso casualmente en una reunión–, los asesores que oyeron sus observaciones e incluso el propio presidente Trump podrían enfrentarse a nuevas preguntas de los agentes que trabajan a las órdenes del fiscal Mueller.
John Dowd, el abogado jefe del equipo de Trump, ha declarado que él no estuvo de acuerdo con la tesis de la dimisión de Kushner, de quien ha dicho que es “absolutamente genial, un gran activo, un verdadero caballero y es un verdadero placer trabajar con él”.