La Vanguardia

La educación tras la crisis

-

ESTA semana arranca –ha arrancado ya en muchos centros– el nuevo curso escolar de primaria y secundaria. En Catalunya eso significa que alrededor de un millón y medio de alumnos vuelven a las aulas. Si bien se ha incrementa­do el número de profesores, muchos de los citados alumnos vuelven al colegio entre déficits estructura­les, como lo prueba que once de las quince nuevas escuelas utilicen barracones. Y vuelven bajo el influjo de los atentados del 17 de agosto, que aconsejan extremar la vigilancia sobre los posibles procesos de radicaliza­ción de estudiante­s. Pero junto a estas preocupaci­ones asociadas a un suceso reciente, la educación en España se ve aquejada de viejos problemas. Entre ellos, los denunciado­s en el informe Panorama de la educación

2017, divulgado por la Organizaci­ón para la Cooperació­n y el Desarrollo Económicos (OCDE), que agrupa a 35 países. En dicho informe se indica que uno de cada tres jóvenes españoles de edades comprendid­as entre los 25 y los 34 años no logró concluir sus estudios de bachillera­to. También, que España figuraba en cabeza en la lista de países con más ninis, es decir, jóvenes que no estudian ni trabajan. Y, asimismo, que España está en la cola de los países de la OCDE en lo tocante a alumnos matriculad­os en los cursos de Formación Profesiona­l, apenas un 12% del total, mientras que la media de la OCDE dobla este porcentaje, situándose en el 25%, y el país con mayor índice –República Checa, con el 52%– lo cuadruplic­a.

Detrás de algunos de estos déficits estructura­les hay un factor común: la limitación de los fondos dedicados por la Administra­ción española a la educación. Las cifras comparativ­as son, en este sentido, poco favorables a España, donde el gasto educativo se sitúa en el 8,2% del gasto público global. Una cifra que queda tres puntos por debajo de la media de la OCDE (11,3%) y es también inferior a la media de la Unión Europea (9,9%). Hay pocos países europeos en peor posición que España en este recuento. Pero quizás más grave que eso sean las caídas presupuest­arias registrada­s en los años de crisis. Del 2005 al 2014, el porcentaje cayó en España hasta 1,5 puntos, de los que sólo se han recuperado tres décimas. Lejos de caer, países como Alemania subieron en el mismo periodo hasta cuatro décimas.

La crisis trajo grandes recortes en sectores públicos españoles que son básicos. Nunca fueron bienvenido­s, pero hasta cierto punto sí fueron comprensib­les. No sería comprensib­le, por el contrario, que la reactivaci­ón de la economía en curso no trajera aparejado un incremento notable en la inversión educativa.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain