Un hombre como es debido
Mi abuelo usaba la expresión del título cuando se encontraba con alguien que conciliaba las virtudes que admiraba: honestidad, lealtad, urbanidad, bondad… “Es un hombre como es debido”, asentía satisfecho. Para el abuelo, “los hombres como es debido” eran un dique de contención de las maldades del mundo, un seguro de vida de la humanidad.
Es justamente esta expresión la que define al hombre que acaba de dejarnos, secuestrado por la muerte, que nunca pide permiso. Dice la biografía que Jacint Borràs era el actual presidente de CDC en fase de hibernación y liquidación, después de la refundación que ha derivado en el PDECat, y recuerda que había formado parte de dos directivas del Barça, la de Montal, en los 70, y la de Laporta. Ha muerto, pues, tres años después de Ferran Ariño, con quien, junto con Jordi Pujol, fundó Convergència Democràtica de Catalunya. Con este breve resumen se concilian las dos pasiones que lo motivaron en vida: el Barça y Catalunya. De hecho, aterrizó en el Barça precisamente por el amor al país y la defensa del idioma, y fue uno de los impulsores del catalán en el campo, en aquellos años difíciles. Explicaba en una entrevista al Ara: “Nos reuníamos en los laboratorios Fides, de Jordi Pujol, y hablábamos de fútbol y política. Cuando acabábamos salía uno a la calle, iba a la cabina más próxima y nos decía: ‘Podéis salir, que todo está en calma’”. Cuando tenía estas reuniones clandestinas le decía a la mujer: “Si a las dos de la madrugada no he llegado, todos estos papeles llévalos a casa de tu padre –tenía una pastelería en l’Hospitalet– y que los queme en el horno”. Los años de la clandestinidad, que parecen tan lejanos…
Aparte de ser “el hombre como es debido” que habría dicho mi abuelo, Borràs fue la metáfora del universo convergente, y por ello estuvo al inicio y al final de un partido que ha marcado décadas de nuestra historia moderna. Ahora que “los convergentes” están tan vilipendiados, especialmente por los de la “nueva política” –tan nueva, que usan las viejas difamaciones–, es bueno recordar que CDC reunió a miles de personas que hicieron un servicio extraordinario a Catalunya, en un tiempo en que el país estaba destrozado. A pesar de las miserias que embrutecieron sus más de dos décadas en el poder, también cabe recordar que CDC fue la piedra angular de la catalanidad en todo el territorio, asentó las bases de las estructuras de soberanía que conseguimos y mantuvo la defensa de Catalunya a pesar de todas las inclemencias.
Aquella CDC que nació en Montserrat en 1974 de la mano de hombres como Borràs fue la pieza clave de un país que no se dejó abatir, que recordó cuáles eran sus hitos y que no desfalleció. Al final del camino del partido, y de hombres como Ariño o Borràs, es justo recordar esta profunda huella, sin la cual no habríamos vivido los sueños que ahora tenemos a tocar.
Descanse en paz.
Cabe recordar que CDC reunió a miles de personas que hicieron un servicio extraordinario a Catalunya