La Vanguardia

La escuela de Ripoll se mantiene alerta

Los maestros inician un curso marcado por el 17-A con el propósito de fomentar el respeto y evitar la radicaliza­ción

- BÀRBARA JULBE

Estudiante­s con maletas repletas de libros, abrazos entre amigos y muchas sonrisas. Esta imagen habitual en el primer día de clase también se dio ayer a las puertas de la escuela Vedruna de Ripoll. Pero la inquietud de algunos docentes y el miedo de determinad­os alumnos delataba que el curso que ayer empezó, tanto en este como otros centros del municipio, era diferente.

Los atentados terrorista­s de Barcelona y Cambrils, cuya célula yihadista se formó en esta población de menos de 11.000 habitantes, han “tocado pero no hundido” a la comunidad educativa, que asegura estar preparada para afrontarlo. Entre sus prioridade­s está detectar cualquier señal de radicaliza­ción, pero también dar respuestas a las preguntas de los alumnos y para ello los docentes han recibido formación adaptada del departamen­to de Ensenyamen­t sobre diversidad y luto.

“Pensamos que no habrá problemas y si los hay serán pequeños. Estamos aquí para estudiar qué ha pasado, ver si existe alguna dificultad o problema de convivenci­a. Haremos lo que hemos hecho siempre: afrontarlo a través del diálogo, la mediación, el acompañami­ento, el contacto con las familias...”, expresó Paco Navarro, director del instituto Abat Oliba. Una sesión inicial de acogida entre alumnos y tutores marcará el curso en este instituto, que en su caso inicia hoy la actividad con los de primero de ESO. Será una propuesta diferente pero necesaria tras lo ocurrido para darles la bienvenida. “Observarem­os y en función de lo que veamos iremos haciendo”, señaló Navarro.

El tema de los ataques terrorista­s no se evitará pues este año en escuelas e institutos de Ripoll, que tenían como alumnos en sus aulas a los presuntos terrorista­s Moussa Ou- kabir o Younes Abouyaaqou­b, entre otros, lo que cambia es la manera de abordarlo según el curso. “Si los estudiante­s sacan el tema, lo trataremos. Cualquier pequeñez, la abordaremo­s”, subrayan desde la dirección del Vedruna, que ofrece infantil, primaria y secundaria. Esta es la consigna del nuevo curso, su forma de retomar el día a día tras un suceso que creen que “va más allá de la escolariza­ción”. Uno de sus estudiante­s, de 16 años, expresó ayer su temor. “Tengo miedo de lo que me digan mis compañeros porque soy marroquí. Hace 10 años que vivo aquí”, comentó.

Según el director del Servei Territoria­l de Ensenyamen­t, Josep Polanco, “evidenteme­nte serán días en los que los alumnos formularán preguntas y habrá angustias, pero también se tratará de poner sobre la mesa anhelos y esperanzas”. La formación que han recibido los profesores, cuya intención es abordar el tema pensando en la paz y la esperanza, también incluye material preparado y adecuado a las diferentes edades de los escolares. Se han reforzado algunas líneas de trabajo que ya existían en temas de convivenci­a y diversidad pero en general el rumbo pedagógico es similar al de otros años. Entre ayer y hoy un total de 930 alumnos de primaria y 360 de secundaria de Ripoll, municipio que reparte la inmigració­n entre los diferentes centros escolares, han vuelto a las aulas.

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PERE DURAN / NORD MEDIA Alumnos de la escuela Vedruna de Ripoll, ayer a las puertas del colegio en el primer día de clase

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