El Schindler de Sabadell
Luces y sombras de Josep Maria Marcet, alcalde franquista de Sabadell, que reprimió con dureza a los republicanos pero salvó a cuatro judíos
Josep Maria Marcet, el alcalde de Sabadell entre 1940 y 1960 en los años más duros de la dictadura franquista, fue un hombre poliédrico. A este empresario textil se le acusa de haber ejercido una intensa depuración de la administración local y una dura represión de los funcionarios republicanos durante los primeros años de su gobierno. El pasado mayo, el gobierno municipal de Sabadell (La Crida, ERC, Unitat pel Canvi y Guanyem Sabadell) retiró el monumento dedicado al alcalde Marcet en la plaza homónima y anunció que la rebautizará, en aplicación del plan de memoria histórica y porque “no queremos vestigios ni homenajes al franquismo en las calles de Sabadell”.
Pero, según se ha sabido ahora, Marcet también fue un pequeño Oskar Schindler y resultó clave para salvar a dos matrimonios de judíos holandeses. Los Boers y los Adelaar, que huían de los nazis, cruzaron la frontera española por los Pirineos a finales de 1942. Ayer, la televisión pública holandesa filmó el emotivo reencuentro de los tres hijos del matrimonio Boers –Yvette, André y Marion– y de los nietos de Marcet –Francesc, Olga y Anna– en una antigua fábrica textil de Sabadell. Se fundieron en un abrazo que nunca habría existido de no ser por Josep Maria Marcet y otro empresario textil de Sabadell, Feliu Barnola.
A la cita también acudió un patrón de la Fundació Barnola, el doctor Pere Obiols, y el historiador Josep Calvet, que ha investigado y documentado la huida de los cuatro judíos y cómo Marcet y Barnola los pudieron ayudar a embarcarse y rehacer su vida en Estados Uni- dos. Todo se descubrió en 1998, cuando los hermanos Boers encuentran una película muda en blanco y negro de 1939 de la boda de sus padres, Barend Boers y Mimi Dwinger. La filmación estaba en una maleta olvidada de la mujer, que acababa de fallecer. Los Boers eran miembros de la comunidad judía de Frisia, una región al norte de Holanda que fue borrada para siempre durante el Holocausto, incluyendo sus costumbres endémicas y un particular dialecto yiddish. Es uno de los ejemplos más llamativos de cómo el Holocausto diezmó y cambió a los judíos holandeses. Los hermanos Boers entregaron la cinta al Frisian Film Archive, lo que provocó el interés en los medios holandeses, ya que los Boers y los Adelaar fueron de los pocos supervivientes judíos de Frisia. De ahí el reportaje de la televisión holandesa.
Después de meses de gestiones, ayer se reconstruyó la historia. El matrimonio Boers tenía una fábrica textil en Holanda y existía una relación comercial con Feliu Barnola, a quien ayudaron a salir de España cuando estalló la Guerra Civil. El industrial, amigo de Marcet, les devolvió el favor cuando los que tuvieron que huir fueron ellos. Ambas parejas consiguieron cruzar ilegalmente los Pirineos en septiembre del 42. La Guardia Civil los detuvo: las mujeres quedaron libres y los hombres fueron encarcelados en Sant Pau de Segúries (Ripollès). “Pidieron ayuda a Feliu Barnola y éste a Marcet, quien envió a su secretario personal al gobernador de Girona con una carta pidiendo la liberación”, detalla Calvet. La policía trasladó a los dos holandeses al campo de concentración de Miranda de Ebro, abierto de 1937 a 1947 y que acogió a 100.000 presos en condiciones precarias. De nuevo, Marcet pidió ayuda al ministro de Asuntos Exteriores, el conde de Jordana, para la liberación. Con la argucia de un informe médico que decía que Boers estaba enfermo, se facilitó la liberación. “Es realmente excepcional que un alto cargo político del franquismo como Marcet ayudase a liberar a unos judíos que no conocía de nada. Es una acción extraordinaria que no he encontrado en los cientos de documentos que he investigado en años”, asegura el historiador.
André Boers se mostró agradecido a la familia Marcet por la labor de su abuelo: “Lo importante son las personas y no las ideologías. Aún hay esperanza”.