Las crónicas chinas de Arconada ven al fin la luz
“Y de pronto, salgo de la estación, me topo de frente con la plaza que le hace ronda de honor y me restrego los ojos asombrado. ¡Ah, sí, no estoy en cualquier parte, estoy precisamente en Pekín! Y me dan ganas de decir a la gente que ha venido a recibirme: olvidaos de mí, dejadme que me siente en este banco, rodeado de la multitud que espera trenes, a contemplar la plaza y saludar también a esta bella amiga que viene a verme: la ciudad. Ella tiene un alma, y quiero verla”.
El párrafo anterior recoge la esencia de Andanzas por la nueva China, libro del escritor de la generación del 27 César Muñoz Arconada que estaba pendiente de publicar desde hace 60 años. La obra, una serie de crónicas del viaje que el autor hizo a la República Popular en tiempos de Mao Tse-tung, ve ahora la luz gracias al impulso de su recuperador y prologuista, el catedrático de Literatura Gonzalo Santonja, y del coordinador de la Colección Obra
Fundamental de la Fundación Banco Santander, Javier Expósito.
Arconada viajó a Pekín desde Moscú, donde vivía exiliado, por invitación oficial. El régimen quería que, como buen comunista, el palentino cantara las maravillas de la revolución. “Pero lo que le interesaba a él –dice Santonja– era el alma intemporal de China”. Quería “recoger sus leyendas, “seguir el curso de sus ríos, caminar por sus bosques, hablar con su gente”. Eso hizo, y he aquí el resultado. Arconada , con casi 60 años en el momento del viaje, intentó publicar el libro en China y la URSS, sin éxito. Luego, distintas editoriales lo rechazaron en España: negativas que, unidas a otras muchas para libros similares, arrojan “una luz oscura” sobre el país y su mundo cultural, cree Santonja. Esa oscuridad es hoy, sin embargo, algo menor.