La Vanguardia

En línea ascendente

- Joan Golobart

Si alguien quería conocer hasta qué punto la evolución del juego azulgrana sigue una línea ascendente lo mejor era enfrentarl­o a un equipo como la Juve .Ylosde Valverde demostraro­n que están trabajando en la línea correcta.

Fortaleza defensiva. Ya comentábam­os tras el partido del Espanyol que parecía que Valverde tenía una gran obsesión para que sus jugadores formen un equipo sólido y rocoso en las labores defensivas. Una fortaleza que es producto de una gran concentrac­ión de sus futbolista­s, pero también de un muy buen trabajo colectivo. Como si quisiera basar toda la filosofía en el pensamient­o de que si la portería se mantiene a cero es muy difícil que no ganen el partido, teniendo la calidad ofensiva que atesoran sus jugadores. Una filosofía que se sitúa en las antípodas de la de Luis Enrique, en la que parecía que el Barcelona pensaba que si iba a por el gol más que a por el juego se podía debilitar defensivam­ente, pero siempre marcaría un gol más que sus rivales.

Líneas juntas. El Barcelona de los matices recurría en muchas ocasiones a la verticalid­ad para sorprender al contrario. Una verticalid­ad que derivaba en una distancia entre líneas donde Busquets acababa desintegra­do y donde se producía a veces una gran pobreza en el repliegue. Mientras los rivales eran inferiores eso no supuso problemas, pero cuando la entidad de los contricant­es se incrementó se acabó el recorrido. El Barça de Valverde no quiere que eso suceda; en principio renuncia a esa verticalid­ad y además se sitúa en defensa con la última línea liderada por Piqué bastante avanzada. Y así el Barcelona, aun defendiend­o en campo propio –algo que le ha costado hacer incluso en los tiempos de Guardiola–, se encuentra cómodo. Un ejemplo de ello fue que casi todos los remates de la Juve fueron de fuera del área. Y no solo cómodo sino que ordenado para cuando recupera el esférico. Y las pocas veces que apareció la verticalid­ad, la línea defensiva azulgrana se apresuró a alcanzar el medio campo.

El peaje del cero. El problema que conlleva esa forma de jugar es que la mente tiene que priorizar los mecanismos defensivos, sobre todo cuando se instauran de nuevo, y eso empobrece la capacidad ofensiva. Y a veces se aprecia cómo al Barça, aun estando bien ordenado, le falta frescura para que aparezcan más uno contra uno, a causa de una cierta falta de movilidad de sus jugadores. Pero en este aspecto la evolución del partido juega a su favor, ya que el rival se desgasta y exige menos.

La filosofía de Valverde de primar la fortaleza en la defensa está a las antípodas de la de Luis Enrique

La ventaja del cero. La ventaja del cero es que el rival cada vez tiene que exponerse más si quiere lograr algo positivo. Sobre todo si el Barça ya ha marcado un gol. Y esa sobreexpos­ición supone desgaste y también desorden, y ahí es donde Messi puede campar a sus anchas. Una de las tareas prioritari­as de Valverde es encontrar cómo enriquecer el juego de Messi; podemos decir que una fijación por el cero enriquece el juego del argentino porque le aleja momentánea­mente del balón.

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LLUÍS GENE / AFP Ernesto Valverde sigue atentament­e las evolucione­s de sus jugadores, anoche en el Camp Nou
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