Buffon, tú también
Al cuarto duelo, la leyenda italiana sucumbe ante el recital de Messi y sólo el poste le salva del ‘hat-trick’
No hay nadie a salvo. Ningún rival puede sentirse intocable. No existe defensa que tenga la fórmula, tan buscada como la de la Coca-cola o la juventud. No se ha creado jaula que lo encarcele eternamente como no se puede parar el tiempo. No hay portero que se libre de su condena. Parafraseando a Thomas Jefferson, en esta vida sólo hay tres cosas seguras: hacienda, la muerte y Messi, que ya suma 13 ediciones consecutivas marcando en la Champions, donde ha celebrado 59 dianas en 58 duelos en la fase de grupos. El diez quema como el fuego que arde en la piel, sofoca como el agua que calma la sed y empuña la espada que guarda el caudal, las riquezas del Barça, que lo necesita como el aire que respira. Ayer comprobó su poder una leyenda y un campeón del mundo como Gianluigi Buffon, que lo había contenido durante 270 minutos. Sí, tú también, Buffon.
Doce veces se ha enfrentado Massimiliano Allegri al crack argentino. Por experiencia propia, el técnico italiano sabía en la previa que era muy difícil contener por tercer partido consecutivo al Barcelona sin marcar. Igual Buffon, a sus 39 años, soñaba con retirarse sin que Leo Messi le marcase un gol. Sólo le quedaba una temporada hasta el Mundial de Rusia, que parece que será su adiós internacional –él no lo ha confirmado–. Era cuestión de aguantar que no hubiese un Argentina-Italia, no lo hay desde aquellas semifinales en el Mundial de 1990. Pero el azar quiso que el Juventus y el Barcelona quedasen emparejados en el mismo grupo de la Champions justo unos meses después de que la Vecchia Signora apease a los blaugrana de la competición. Ya es mala suerte para Gigi.
Quizás imaginaba respeto por su edad. O esperaba misericordia. Pero no hubo perdón. No es nada personal. Pero cuando se tiene delante a Messi la probabilidad y la estadística suele jugar en contra. El muro no cayó ni en Berlín, ni en Turín ni en Barcelona hace cinco meses. Pero a la cuarta nadie lo pudo evitar, aunque la barrera no saltase cuando Leo quiso chutar una falta rasa.
Messi sufrió durante 44 minutos y decidió en el último de la primera parte. Aceleró, frenó ante Pjanic, hizo la pared con Suárez que arrastró a Barzagli y Messi coló el balón por debajo de las piernas de Benatia para batir a Buffon, que ni siquiera se lanzó, pegado al poste. Tick. Cruz. Conseguido. Se libraron en su día el Inter y el Udinese. Pero no se fue de rositas el Juventus.
Sucedió que Skomina enfadó al crack. Le enseñó una amarilla cuando se había ahorrado una amonestación clarísima para Pjanic por coger por la camiseta a Leo. El argentino le reclamó ostentosamente una tarjeta para el bosnio, que no la vio hasta el 75 ya con 3-0. Tan insistente fue el diez que incluso tocó el hombro del árbitro esloveno, que no le consintió las confianzas y lo castigó.
Sólo hay una cosa peor para el rival que Leo Messi picado por superar un reto o que el argentino tenga el aliciente de recibir a un compatriota de esos a los que se les etiqueta como el nuevo mesías de la albiceleste, léase Agüero o Dybala. Y es un Messi enrabietado por una injusticia. Y se lo hizo pagar al pobre Buffon, con un doblete, el quinto a un equipo italiano. Al portero sólo el poste le evitó el hat trick. No hay torres ni castillos altas para Leo.
NADIE A SALVO
El crack lleva 13 Champions seguidas marcando y ha celebrado 59 goles en 58 duelos de la fase de grupos
SKOMINA LE AMONESTÓ
Sólo hay algo peor para el rival que un Leo motivado por un reto y es un Leo enrabietado por la injusticia