La inflación en el Reino Unido se desboca al 2,9%
Los precios de la ropa crecen a su mayor ritmo en 20 años
El Brexit formalmente no se ha producido aún, pero ya empieza a pasar factura. La tasa de inflación en el Reino Unido se situó en agosto en el 2,9% interanual, el nivel más alto en cinco años.
La oficina de estadística británica lo explica así: “La depreciación de la libra esterlina a lo largo del 2016 como resultado del referéndum sobre la pertenencia a la UE ha encarecido los precios que los productores pagan por los productos importados”. En este sentido, las cifras hablan claro: antes del voto sobre Europa, hace poco más de un año, la libra cotizaba a cerca de 1,30 euros. Ahora, tras un repunte de los últimos días, está un 20% más baja. Este verano se acercó incluso a la paridad.
En cuanto a los precios de los bienes importados, las mayores víctimas de la devaluación de la libra están siendo la ropa y el calzado, que subieron un 4,6% respecto a un año antes. De acuerdo con Bloomberg, se trata de la mayor alza de las últimas dos décadas, desde que en 1997 se lanzó el índice de precios al consumidor.
El aumento del coste de la vida pone en peligro el poder adquisitivo de los británicos, ya que en el mismo periodo los salarios sólo se revalorizaron un 2%, con lo que en términos reales disminuyeron.
La secretaria general de la confederación TUC (Trade Union Congress) alertó “sobre el desplome del nivel de vida” e instó al gobierno de Londres “a poner un parche para garantizar un aumento de los sueldos en todas las ramas de la economía”. “Es destacable cómo, con una inflación cerca del 3% y el paro en el nivel más bajo en 40 años no se asista a una revalorización de los salarios”, comentó Ian Stewart de Deloitte.
Con estas variables sobre la mesa, la tarea para el Banco de Inglaterra se complica. Su mandato exige mantener la tasa de inflación cerca del 2%. Por lo tanto, con un precio del dinero en niveles históricamente bajos del 0,25%, todo apuntaría a que el organismo elevará los tipos de interés en su próxima reunión prevista para mañana jueves. De los nueve miembros del consejo, dos están a favor de actuar.
Las reglas del juego en el Reino Unido prevén que el gobernador, Mark Carney, tenga que avisar al ministro de Economía, Philip Hammond, cuando la tasa de inflación se desvíe más del 1% del objetivo y explique qué estrategia piensa llevar a cabo. Por lo tanto, falta una décima para que esto ocurra.
No obstante, el Banco de Inglaterra tiene todo el interés en mantener la prudencia. En efecto, un alza abrupta del precio del dinero podría poner en riesgo el crecimiento de la economía, en pleno proceso de digestión del Brexit. El Reino Unido tan sólo creció un 0,3% en el segundo trimestre de este año, la tasa más baja entre los países del G7.
El fin de los estímulos podría causar un golpe para un país que encima corre el riesgo de pagar a sus antiguos socios para dejar la UE en el 2019.
La depreciación de la libra está causando una disminución del poder adquisitivo de los británicos