“Sobre Catalunya, debemos escuchar al Constitucional y las Cortes”
“Si quisiera ser miembro de la UE, debería negociar su adhesión”
En una entrevista con varios diarios europeos, entre ellos La Vanguardia, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, opina por primera vez con nitidez sobre Catalunya.
“Es hora de que Europa pase a la acción”, reclama Jean-Claude Juncker, que ayer pronunció ante la Eurocámara su discurso más personal en los tres años que lleva al frente de la Comisión Europea. Siempre dice que no alberga ilusiones respecto a la Unión Europea, pero ayer invitó a los gobiernos a asumir sus responsabilidades para que la UE prospere apostando por una mayor integración. La falta de respeto al Estado de derecho y las heridas y divisiones en el club son sus mayores preocupaciones en estos momentos, explica Juncker (1954) a La Vanguardia y otros diarios europeos en una entrevista mantenida tras su intervención, relajado y en mangas de camisa, en la que no elude las preguntas sobre Catalunya.
En su discurso ha evitado señalar a Hungría y Polonia, pero ha hecho varias alusiones a la necesidad de acatar las sentencias del Tribunal de Justicia de la UE y de respetar el Estado de derecho. Las fuerzas euroescépticas en Polonia hablan de injerencia extranjera. ¿Están cerca de activar los procedimientos que podrían acabar con la suspensión del derecho de voto de Polonia en el Consejo? No he querido mencionar ni a Polonia ni a Hungría porque creo que es de mal gusto señalar con el dedo a los estados miembros delante del Parlamento Europeo. Me preocupa la brecha que podría ahondarse entre los países del Este y del Oeste de Europa y no quería provocar eso, al contrario. Lo que intento es reunificar cuanto antes a las dos partes de la UE. Respecto a Polonia, estamos en medio del procedimiento. La Comisión ha abierto procedimientos de infracción y no puedo comentar nada, pero no me gusta esa tendencia que están adoptando algunos en Polonia diciendo, cada vez que la Comisión, basándose en los tratados, abre procedimientos de infracción, que se trata de una intervención extranjera. La Comisión Europea es una institución de la Unión, con sus derechos y obligaciones. Esto no es ninguna intervención extranjera. Así es como funciona la UE.
La revisión de la directiva sobre trabajadores desplazados afecta a menos del 1% pero ha sido muy mal recibida por algunos países, en especial Polonia. ¿Sigue pensando que mereció la pena o cree que ha contribuido a agrandar la brecha entre Este y Oeste? Lo primero. Al proponer una revisión de esa directiva no hice nada más que cumplir lo que prometí en la campaña de las elecciones europeas. Es parte del programa que propuse al Parlamento Europeo, así que ahora nadie debe hacerse el sorprendido. No es ningún ataque sucio, obsceno al Este. Aunque sólo afecte al 1% de los trabajadores europeos, si hay un problema, eso no es razón para no ocuparse de las preocupaciones de la minoría.
En su discurso ha abogado por ampliar la zona euro para que incluya a todos los países de la UE después de la salida del Reino Unido. ¿Qué peligros ve para los países que se queden fuera? Mi intención ha sido recordar a todos que, de acuerdo con los tratados, todos los estados que cumplen los criterios de ingreso tienen el derecho, no la obligación, de sumarse a la zona euro. No planteo ampliar el euro de forma artificial. Lo que digo es que a quienes quieran compartir la divisa común –si quieren, insisto, porque no les obligamos– podemos ayudarles mediante un nuevo instrumento europeo de preadhesión. Podemos darles asesoría técnica, ayudarles a cumplir los criterios y ofrecerles apoyo financiero si lo necesitan para hacer reformas estructurales. Lo que quiero es acabar cuanto antes esa brecha inaceptable entre el Oeste y el Este, una expresión que por cierto no me gusta porque es inexacta. Estamos aquí para ayudar, pero no les obligamos ni les dictamos nada.
En su discurso ha hablado de la importancia de respetar el Estado de derecho en la UE, lo que ha llevado a varios eurodiputados a pedirle que se involucre en su defensa en el conflicto catalán. Desde el PP porque creen que la Comisión Europea debe defender el respeto a las constituciones nacionales porque son parte del ordenamiento legal europeo y desde las filas nacionalistas porque se sienten maltratados y denuncian un problema de libertad de expresión en España. Amo a España, Catalunya y Barcelona incluidas; las he visitado en numerosas ocasiones y me enamoré de esa región y esa bella ciudad. Pero, como dije hace unos años, yo
UNA CATALUNYA INDEPENDIENTE “Si quisiera convertirse en miembro de la UE, debería negociar su adhesión”