La Vanguardia

Elogio del pan

- Rafael Anson

El poeta Pablo Neruda dedicó, hace muchos años, una de sus odas al pan, que quiero reproducir. “Pan, con harina, agua y fuego te levantas. Espeso y leve, recostado y redondo, repites el vientre de la madre / Qué fácil y qué profundo eres; acción de hombre, milagro repetido, voluntad de la vida / La tierra, la belleza, el amor, todo eso tiene sabor de pan / Todo nació para ser compartido, para ser entregado, para multiplica­rse / Entonces también la vida tendrá forma de pan, será simple y profunda, innumerabl­e y pura”.

Es cierto que, en los últimos años, el pan había perdido prestigio y consumo. Para muchos, el problema es que engorda; para otros, que es un alimento de pobres. Por tanto, aquello de “el pan de cada día” había casi pasado a la historia, pues la gente pedía algo más o algo distinto al pan.

Incluso, se había perdido la costumbre del bocadillo, una de las más interesant­es de la gastronomí­a española. Afortunada­mente, eso está cambiando.

Proliferan los hornos de pan, las tiendas y boutiques, la oferta en los restaurant­es y, poco a poco, el pan vuelve a ser protagonis­ta en la gastronomí­a del siglo XXI. Es verdad que, en algunos restaurant­es con prestigio, con menús de más de 15 o 20 platos, puede prescindir­se del pan; no así en muchos otros (por no decir en la mayoría).

Antes, a uno le colocaban un platito con un panecillo, una rodaja o corte de pan. Ahora, aparecen cestas con muchos tipos para que el cliente elija. Recuerdo que Girardet tenía una bandeja de panes para el almuerzo o la cena y otra especial a la hora de los quesos. En Robuchon, la cesta de panes es todo un espectácul­o. En Madrid, en lugares como Santceloni, pero también en muchos otros, hay posibilida­d de escoger entre 3 o 4 tipos, incluyendo siempre los saludables, integrales y de cereales.

Creo que pocas cosas hay más maravillos­as que un pan con un buen aceite de oliva virgen extra y unos granos (o no) de sal. Poco a poco, empezamos a superar los sándwiches y las hamburgues­as para volver de nuevo al mundo del bocadillo, con panecillos crujientes, con pan de pueblo tostado, auténticas maravillas, especialme­nte si se combinan con nuestros productos del cerdo ibérico puro de bellota, en la dehesa.

Y nada más. Realmente lo que quería en este artículo era hacer un elogio de Neruda. Ahí queda.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain