Utilizar el Senado
Urge encarar de una vez por todas el llamado problema catalán, que en buena parte demuestra que el Estado de las autonomías ha llegado a su fin y necesita una reforma que solucione el encaje y las relaciones entre los diversos territorios y atienda a sus intereses de manera ecuánime y respetando sus idiosincrasias, conduciéndonos a una nueva forma de Estado, posiblemente federal.
Al presidente Rajoy se le ha planteado reiteradamente durante años el problema de Catalunya, y con su inmovilismo ha ido evitando la respuesta política necesaria. Su solución es recurrir al Tribunal Constitucional, que debería ser el último recurso después de agotar todas las vías políticas posibles.
En este contexto me pregunto por qué no recurre al Senado. Cabe recordar que, pese a que lo percibimos como una institución inútil y costosa, el Senado, en la Constitución del 78, se volvió a implantar como cámara de representación territorial. Su finalidad, incumplida, es la de hacer llegar al Congreso los intereses territoriales. ¿Por qué no se da un impulso nuevo al Senado para que junto con el Congreso de los Diputados y las fuerzas sociales del país promuevan la tan necesaria reforma territorial? CRISTINA FORNS DE RIVERA Barcelona