La Audiencia Nacional quiere celebrar lo antes posible el juicio por el 17-A.
El propósito de la Audiencia Nacional es cerrar pronto la investigación y celebrar lo antes posible el juicio
JOSÉ MARÍA BRUNET
Madrid
Un mes después de los atentados de Barcelona y Cambrils, el sumario que se instruye en la Audiencia Nacional sobre la célula yihadista organizada en torno al imán de Ripoll, Abdelbaki Es Satty, se mantiene en secreto, aunque probablemente no será ya por mucho tiempo. El juez encargado del caso, Fernando Andreu, lo guarda celosamente por considerar que es la mejor garantía de que las investigaciones aún en curso podrán ser de este modo más exitosas. Pero en la Audiencia Nacional se tiene la convicción de que la tarea ya realizada ha servido para lo principal, es decir, para descabezar a la serpiente y conjurar todo peligro que pudiera provenir del núcleo terrorista que creció silenciosamente alrededor de Es Satty.
El hecho de que seis de los implicados en los atentados de Barcelona y Cambrils –entre ellos el autor del ocurrido en la Rambla, Younes Abouyaaqoub– perdieran la vida en sus enfrentamientos con los Mossos d’Esquadra ha tenido entre otros el obvio efecto de reducir el ámbito de la investigación. En parte por esta circunstancia la voluntad de la Audiencia es que el asunto llegue a su fase final, la de la celebración del juicio oral, en un plazo relativamente corto, tal vez durante el mes de marzo, y en todo caso no más allá de la primavera del año próximo.
En la investigación en curso trabajan ahora no menos de treinta personas vinculadas al Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (Citco). Este organismo coordina a los distintos cuerpos policiales. Es una de sus funciones y, además, el propio juez Andreu dispuso a finales del pasado mes de agosto que el Citco se ocupara de esta tarea tras alguna polémica inicial sobre el grado de participación que Policía y Guardia Civil tuvieron en las primeras investigaciones. El peso de esa labor recayó en los Mossos, cuya labor la Audiencia ha avalado desde el primer momento. Desde entonces, ha habido reuniones semanales en las que se intercambian datos y se evalúa la información disponible sobre el riesgo de amenaza terrorista.
La tarea de investigación relativa a los atentados de Barcelona y Cambrils está centrada en el análisis de todo el material obtenido, en especial los teléfonos móviles. De momento, en lo que se está trabajando es en la obtención de datos. Por ejemplo, el control de todas las
EL EPO TAJE llamadas efectuadas desde los distintos aparatos recogidos por los investigadores. ¿Por qué es importante esta labor? Porque puede permitir objetivar información y plantear hipótesis para la investigación. El fin de semana anterior a los atentados, por ejemplo, algunos de los miembros de la célula yihadista viajaron a París. El posicionamiento de las llamadas puede facilitar la reconstrucción de esos hechos previos y profundizar en la investigación. ¿Con quiénes se pusieron en contacto los miembros de la célula? ¿Dónde estuvieron exactamente? ¿Qué conclusiones pueden sacarse de su periplo?
Los datos que se obtengan de los citados dispositivos telefónicos van a quedar a disposición de cada uno de los mencionados cuerpos policiales. Los expertos de Mossos, Guardia Civil y Policía Nacional van a tener a su disposición toda la información y los mismos contenidos. El propósito es que cada uno pueda evaluarlos con el fin de poner luego en común las distintas hipótesis o conclusiones que hayan elaborado. Y cruzarlas, a su vez, con la información procedente de otras fuerzas policiales extranjeras. Con Francia, por ejemplo, se trabaja intensamente. Por el interés común con España en llegar al fondo de la investigación sobre la célula de Ripoll. La sospecha es que el núcleo yihadista que atentó en Barcelona y Cambrils y luego fue desarticulado pudo suponer también una amenaza para la seguridad de los franceses, en la medida en que está comprobado que los terroristas se movieron con facilidad por su territorio.
La prioridad de la Audiencia Nacional, en todo caso, es celebrar pronto el juicio oral por los atentados del 17 de agosto, sin que la investigación sobre las posibles relaciones y ramificaciones de la célula que actuó entonces retrase el procedimiento judicial abierto. El juez Andreu y la fiscal encargada del caso, Ana Noé, han estado esta semana en Barcelona, manteniendo contactos con los Mossos d’Esquadra. En parte, para unir a la causa las declaraciones de los agentes que actuaron en Cambrils –donde fueron abatidos cuatro de los terroristas– y en el control montado en la Diagonal poco después del atentado de la Rambla. Younes Abouyaaqoub, que conducía la furgoneta de la que se sirvió para sus propósitos homicidas, pudo escapar de ese control, tras haber robado el vehículo que conducía y haber asesinado a su dueño, el cooperante Pau Pérez, al que dejó en el asiento de atrás.
La idea que se va abriendo paso en la Audiencia, con el fin de no retrasar el avance del proceso, es que quizá convenga abrir una pieza separada específica para ir recopilando la información que aporte la investigación sobre las posibles relaciones y ramificaciones internacionales de la célula yihadista nacida en Ripoll. Este clase de datos pueden servir, sobre todo, para una mejor comprensión de la forma de actuar de este tipo de grupos. Todo ello se considera muy importante en el ámbito de la información policial y en aras de evitar futuros atentados. Pero no va a aportar necesariamente datos clave sobre lo ya ocurrido en Barcelona y Cambrils y sobre las responsabilidades penales que pueden establecerse sobre los hechos.
Uno de los aspectos de interés para los expertos que la investigación ya ha puesto de relieve es el proceso de formación de la célula desarticulada. La relación de parentesco entre varios miembros del grupo es, en este sentido, un dato relevante. Y ha permitido confirmar la hipótesis de que el imán de Ripoll consiguió captar y adoctrinar primero a los jóvenes de mayor edad, para que éstos hicieran luego lo mismo con sus hermanos o familiares próximos. Es una circunstancia que para la investigación penal puede resultar marginal, pero que tiene relevancia para conocer mejor las estrategias con que se forman las células yihadistas y, en este sentido, tener alguna utilidad para frustrar acciones terroristas en el futuro.
Se están dedicando especiales esfuerzos al análisis de los teléfonos móviles recuperados Cada semana se reúnen mandos de las distintas policías para evaluar el riesgo