La ONU media para intentar que los kurdos de Irak frenen su referéndum
Con los kurdos de Irak decididos a celebrar un referéndum de independencia el próximo día 25 y el temor internacional a que estalle un nuevo foco de inestabilidad en la región, las Naciones Unidas tomaron cartas en el asunto para intentar mediar y han propuesto al presidente del Kurdistán, Masud Barzani, que renuncie por el momento a la votación unilateral a cambio de que la ONU le apoye para llegar a un acuerdo con el Gobierno de Bagdad en el plazo máximo de tres años.
La propuesta, entregada el jueves por el representante de la ONU en Irak, Jan Kubis, pero que no se hizo pública hasta ayer, propone que se abran inmediatamente las negociaciones entre los kurdos y el Gobierno federal iraquí. Kubis dijo que espera tener una respuesta de Barzani “en los próximos dos o tres días”.
El documento explicita que las Naciones Unidas supervisarán un diálogo “estructurado, continuo y sin condiciones previas entre Bagdad e Irbil”. El texto señala que ambas partes deberán concluir las negociaciones en los dos o tres años siguientes y que podrán pedir a la ONU que participe “tanto en el proceso de negociación como en la aplicación de sus conclusiones y resultados”. Añade que “el Consejo de Seguridad estará puntualmente informado de los avances”. En contrapartida, el Gobierno de la región autónoma del Kurdistán “decide no celebrar su referéndum del 25 de septiembre”.
A la espera de la respuesta del Gobierno kurdo, el proceso electoral sigue su curso en esta región del norte de Irak. De hecho, la situación se ha acelerado desde que el viernes el Parlamento kurdo dio el último paso y aprobó la celebración de la consulta. Pero el tema del referéndum, como ocurre en otros pagos, lleva mucho tiempo sobrevolando la política nacional. Irbil lleva tiempo reclamando la independencia, y la decisión se produjo después de numerosos desencuentros entre los dos gobiernos y las continuas quejas kurdas de que Bagdad nunca ha cumplido sus promesas. De ahí que la principal baza que aporta ahora la ONU sea la de garante de los pactos.
Pero hay más factores. El Gobierno kurdo lleva actuando prácticamente por su cuenta desde el final del régimen de Sadam Husein y el caos posterior. Y ha visto en la lucha contra los yihadistas del Estado Islámico un último elemento aglutinador frente a la ineficacia de Bagdad. Pero, por el contrario, han incluido en la votación zonas como Kirkuk –rica en petróleo– donde la población es más heterogénea y que Irak difícilmente cedería incluso si aceptara la independencia.
Otros importantes escollos para Irbil son los países fronterizos. Ni Turquía ni Irán (con minorías kurdas) aceptarán sin más una hipotética independencia. En uno y otro lado ya se habla de enviar tropas. Y Estados Unidos tampoco quiere arriesgarse a una nueva guerra civil.
Las Naciones Unidas proponen que Bagdad e Irbil negocien un acuerdo bilateral en un plazo de tres años