Polémica construcción en un pinar de Palamós
Unos promotores edificarán 48 apartamentos de lujo en la pineda d’en Gori, cerca de una zona protegida
Cuenta atrás para que en la pineda d’en Gori, un pinar de Palamós limítrofe con el espacio natural de Castell-Cap Roig, se inicien las obras de construcción de 48 apartamentos de alto standing. Las edificaciones se ubicarán a unos 200 metros del mar y a sólo dos minutos a pie de las pintorescas barracas de pescadores de cala S’Alguer, declaradas en el 2004 bien cultural de interés nacional. La previsión inicial de Lucas Fox, la inmobiliaria que comercializará los inmuebles, era que la promoción pudiera ser una realidad en verano del 2019.
La empresa que gestiona el proyecto está pendiente de que la Generalitat dé su visto bueno al estudio de impacto de integración paisajística y que el Ayuntamiento de Palamós le conceda la licencia de obras. El Consistorio supedita esta licencia a los resultados de este informe, que podría estar listo en unos dos meses.
La construcción en este paraje ha suscitado críticas de algunas entidades conservacionistas y particulares agrupados en la plataforma Salvem la Pineda d’en Gori, que la ven como una agresión al territorio. “Uno de los principales problemas de la Costa Brava es la masificación”, afirma Josep Maria Piferrer, portavoz de la entidad Salvem el Crit, muy crítico con la posibilidad de construir en cualquier punto de este pinar. También algunos particulares han hecho oír su voz y han recogido firmas contra el proyecto. En concreto, se edificarán en el extremo oeste del pinar, cerca de la urbanización Sant Esteve de La Fosca, dos edificios de tres plantas con 16 apartamentos de dos dormitorios y 32 de tres, con piscinas comunitarias y aparcamiento privado subterráneo cuyo precio oscila entre los 305.000 y 385.000 euros. Aunque todavía no se han puesto a la venta, son numerosos los posibles compradores, “tanto nacionales como europeos”, que se han interesado por esta promoción, según explican fuentes de Lucas Fox en la Costa Brava.
En 30 años, el volumen edificable en la pineda d’en Gori se ha reducido notablemente tras sucesivas revisiones del planeamiento general. En 1986, el Consistorio preveía la posibilidad de edificar en gran parte del pinar, protegiendo sólo la superficie más próxima al mar. En 1992 aumentó el entorno libre de edificaciones, y en el 2005 el Ayuntamiento firmó un convenio con los propietarios de la zona para trasladar una parte del volumen edificable permitido en el pinar hacia otro sector del municipio con menos impacto paisajístico, la avenida de Catalunya. De los casi 80 apartamentos previstos repartidos en tres bloques, finalmente serán 48 divididos en dos edificios los que se acabarán ejecutando. Según el Consistorio, en el POUM del 2007 el sector urbanizable “quedaba muy reducido” respecto al que había antes de 1986, y gran parte de los terrenos del pinar pasaban a titularidad pública.
El proyecto ocupa una cuarta parte del total de masa boscosa. “Dentro de la legalidad, se ha intentado proteger al máximo la zona”, explica el concejal de Urbanismo, Jordi Pallí. El edil insiste en que el Consistorio “no puede impedir” la construcción a unos propietarios que tienen unos derechos adquiridos sobre este espacio. De hacerlo, asegura que el municipio no sólo se enfrentaría a una elevada indemnización sino también a posibles consecuencias penales.
El Consistorio alega que no puede parar el proyecto porque debería indemnizar a los dueños del terreno